La pandemia ha exhibido todo aquello que no se hizo en los últimos lustros en materia de salud y de educación. Por eso resultarán insuficientes los planteles de educación básica que funcionan en el turno matutino para dar cabida a aquellos estudiantes cuyos padres ya no pueden costearse una enseñanza de paga.
El derecho a la educación está garantizado en la Constitución General de la República, pero en términos reales los gobiernos anteriores dejaron que fueran las leyes del mercado las que terminaran por imponerse.
Ahora, las inversiones insuficientes en materia de enseñanza harán que el sistema educativo se vea presionado por el repentino crecimiento de la demanda, tal y como ocurrió en el sector salud cuando fue necesario atender la pandemia.
Esas son lecciones muy duras que deben ayudar a quienes gobiernen a que de aquí en adelante no descuiden lo público en favor de lo privado.