Luego del enésimo asesinato múltiple en el penal de Atlacholoaya las autoridades han reubicado a diversos reos peligrosos a las cárceles distritales de Cuautla y Jojutla, lo que crea el peligro de extender la situación de violencia a esos dos reclusorios.
Hasta hace poco, luego de incidentes violentos los reclusos eran enviados a diversas cárceles federales lejos de la entidad, lo que por un tiempo desactivaba los actos de rebelión.
Sin embargo, el traslado hacia cárceles distritales solo requiere una hora de viaje y gente que ha demostrado ser realmente peligrosa es llevada a sitios relativamente tranquilos, por lo que pueden ser infectados por las costumbres y actitudes de los recién llegados.
Esperemos que las autoridades penitenciarias tomen todas las precauciones posibles mientras agotan los recursos contenidos en el código penal para sancionar los hechos violentos que han sucedió en la mayor cárcel de la entidad.