Conforme transcurren los días del confinamiento y el consiguiente cierre de negocios vemos más acciones solidarias en favor de personas que se han quedado totalmente sin ingresos.
Esas acciones son ejemplificantes, pero insuficientes ante lo que se viene.
Es obvio que solo el aparato gubernamental puede salir al rescate de los damnificados, pero es bueno que los ciudadanos demos ejemplos de altruismo y de sensibilidad hacia quienes ahora son necesitados.
No olvidemos que el 99 por ciento de las personas que se quedaron sin recursos para sobrevivir hasta hace unos días eran hombres y mujeres productivos y dispuestos al trabajo duro, incluso de sol a sol.
Eso debe ser tomado muy en cuenta a la hora de coordinar el rescate financiero. No se trata solo de dar caridad, sino de dar ayuda que permita primero sobrevivirá los afectados y luego impulsarlos para retomar el camino.