La descarada corrupción del sexenio anterior provocó una reacción electoral generalizada que casi desaparece al PRD del mapa político, luego de que un gobierno de ese partido dejó una pesada herencia a los morelenses.
Los intentos para castigar todos los delitos que se cometieron desde el poder ha sido difícil por los obstáculos sembrados por quienes literalmente huyeron de la entidad, pero las cosas en muchos casos no se han podido componer por bloqueos que parecen pequeños pero que a la hora decisiva aparecen como piedras infranqueables en el camino, como ha resultado la puesta en operación del sistema estatal anticorrupción.
Los comisionados del comité ciudadano que debe vigilar la buena operación del sistema no se ponen de acuerdo para operar e incluso denuncian excesos de varios de sus homólogos.
Las circunstancias de Morelos requieren de acciones concretas y no de pretextos. El divisionismo causa graves daños sociales.