La captura del Santiago Mazari, El Carrete, por parte de fuerzas federales, marca un punto de inflexión en la lucha contra el crimen organizado en Morelos.
El principal jefe de la delincuencia organizada en la entidad -de acuerdo a lo dicho por autoridades federales y estatales- está por fin fuera de circulación, pero toca a todos los organismos de seguridad asegurarse de que la captura no desate una ola de violencia.
El espacio que ha quedado vacío no debe ser ocupado por nadie, ya que la entidad merece recuperar la tranquilidad perdida desde hace casi una década.
Por lo pronto, las autoridades federales merecen un reconocimiento por la tenacidad demostrada, y que ha recibido como premio la citada detención.
Ahora, todas las personas que desde el lado correcto salvaguardan la seguridad ciudadana tienen sobre sus hombros el peso garantizar una mejoría en favor de toda la sociedad.