No fue un triunfo derivado de la movilización gremial sino el trabajo de los abogados lo que permitió la reinstalación de veinte de los 25 profesores de nivel básico cesados en la anterior administración por incumplir con la evaluación que en ese entonces exigía la ley.
Cualquier victoria tiene muchos padres (la derrota es huérfana) pero en el caso que nos ocupa ninguno de ellos fue alguna organización magisterial, sino los expertos en leyes que lograron una resolución favorable de la justicia federal.
Por lo pronto, un foco de tensión social ha sido desactivado sin necesidad de recurrir a grandes movilización, lo que debería ser analizado por aquellos grupos que presionan a través de cierres de calles y carreteras.
Además, la solución lograda en los tribunales tiene la ventaja de que es duradera y su aplicación no depende de los caprichos de una persona, a diferencia de los arreglos políticos que se logran con movilizaciones que solo afectan a gente inocente.