El mayor problema que ahora enfrenta Jojutla y en general las poblaciones afectadas severamente por el sismo es la continuación de las lluvias torrenciales por al menos tres semanas más.
Los cambios en la infraestructura provocados por el terremoto han hecho a la población más vulnerable y sólo con un trabajo rápido y eficiente de las autoridades de los tres niveles de gobierno pueden reducirse las afectaciones.
Sin embargo, poco puede hacerse en el caso de los damnificados que no han recibido suficiente ayuda para reconstruir sus viviendas.
En ese tema, las autoridades estatales deberían aprovechar los pocos días de poder que les quedan para ofrecer a la población cuentas claras de los recursos destinados a paliar la contingencia del año pasado, pues las dudas que comienzan a brotar sobre el sitio de cuantiosas sumas aportadas por la sociedad amenazan con provocar un clima social más que adverso para quienes dejarán su puesto en menos de dos semanas.