Los concesionarios del transporte colectivo en toda la entidad han disfrutado durante décadas de la mano blanda de los funcionarios del sector, lo que al final los ha llevado a considerar que pueden ostentar un poder absoluto sobre sus zonas de influencia, como periódicamente lo demuestran en varias zonas de la entidad.
Esa actitud les ha llevado a cerrar calles y carreteras cada vez que sienten una amenaza contra sus intereses, sin que importe que quienes les dan de comer, los usuarios, sean las primeras víctimas de sus actos de fuerza.
Ahora en la zona sur, donde la comunidad indígena de Xoxocotla tiene un conflicto con una empresa de transporte de pasajeros de tipo federal, los ruteros de la zona decidieron intervenir y han complicado el conflicto, no para los protagonistas, que siguen igual, sino para los usuarias, miles de los cuales quedaron ayer sin posibilidad de llegar a su destino.