Por defender sus intereses de forma mezquinas, ayer nuevamente un grupo de transportistas bloqueo por varias horas el tráfico en el Paseo Cuauhnáhuac, una de las arterias más importantes de la entidad y paso casi obligado hacia el oriente de Morelos.
Independientemente de que les asista o no la razón, la medida de fuerza afectó a decenas, quizá de miles de personas que se vieron imposibilitadas de llegar a tiempo a su destino.
El costo de la protesta es infinitamente superior al daño que los transportistas reclaman y trajo serias consecuencias laborales o de otro tipo para muchos de los afectados.
Ni siquiera en tiempos de campaña electoral ese tipo de organizaciones pueden ofrecer un rostro amable, como prueba de que sólo defienden sus intereses, cueste lo que cueste.