Demasiadas veces se ha dicho en las últimas semanas que el sismo del 19 de septiembre cambió el mapa de riesgo de Morelos, pues creó la posibilidad de que en zonas antes estables se produzcan derrumbes de consecuencias lamentables.
Ayer en la colonia Mina Tres del sur de Cuernavaca ocurrió un derrumbe, quizá producto del tradicional reblandecimiento de la tierra en esa zona, que no produjo víctimas pero que debe provocar una enorme alerta entre quienes viven en las zonas de alto riesgo ya conocidas.
Periódicamente la entidad soporta manifestaciones de la Naturaleza de niveles inusuales que se cobran víctimas y las lluvias incrementan los riesgos.
¿Es necesario que quienes ya se sabe que viven en peligro sufran una desgracia para que decidan reubicarse?
El precio de conservar sus viviendas construidas en lugares inadecuados cada vez es más caro.