Una de las situaciones que habrán de confrontarse en el próximo proceso electoral local es el alcance de la influencia de los grupos de presión tradicionales en Morelos. Los sindicatos controlados por el priismo hace rato dejaron de influir en la intención del voto, pero no se sabe cuál será el destino de gremios como el de transporte o el de los profesores de escuelas públicas.
Estos últimos, agrupados en un sindicato corporativo –el de los trabajadores de la educación- tiene varias decenas de miles de afiliados e incluso dispone de su propio partido político, que hoy lleva un candidato y no sólo respalda a las propuestas del priismo.
Pero en ese sector hay mucho divisionismo y otros grupos se han decantado por otros partidos. El llamado que una parte de ese gremio hace al voto diferenciado podría ser trascendente o que dar sólo en intención, pero ese se sabrá hasta que culmine la jornada electoral y los reacomodos de la sociedad se manifiesten en las instituciones.