Aunque por razones que son fáciles de entender no fue posible lograr los niveles de ventas de otros años, la tradición del día de los fieles difuntos fue una oportunidad para reactivar la economía en las zonas afectadas por el sismo del 19 de septiembre.
Quizá esa referencia no incluye sólo a los lugares destruidos por el movimiento telúrico, sino que tiene un mayor alcance, porque sitios no afectados físicamente recienten en su planta productiva la caída de ingresos.
Por fortuna se acerca diciembre y con él la oportunidad económica que el turismo y el comercio pueden acarrear.
Seguramente será necesario mejorar la infraestructura carretera y de servicios para aumentar las posibilidades de captar recursos, pero quedan valiosas semanas para conseguirlo y acelerar la recuperación de fuentes de empleo.