Sería casi heroica la a defensa que los magistrados del Poder Judicial hacen de su cobro de aguinaldo si no fuera tan contrario a la ética.
El aguinaldo de noventa días es una prestación para favorecer a los trabajadores, pero ellos integran la parte patronal, por lo que es por lo menos injusto que esa simple prestación se lleve una buena parte del escaso presupuesto asignado.
Todo eso sin contar con los privilegios adicionales