Finalmente el cambio climático ha expuesto sus nuevos estándares: es obvio que resulta inusual el actual nivel de las aguas de la laguna de Tequesquitengo, que ha superado la barrera donde los prestadores de servicios se instalan, lo que ha dañado albercas y otras infraestructuras.
La evidencia de que cada año los efectos del clima serán más drásticos e intensos debería llevar a tomar medidas que no fueran un simple paliativo.
Quienes viven desde hace mucho tiempo en zonas de riesgo de inundación deben ser convencidos de que ahora sus vidas están aún más en peligro.
Todos esos lugares deben ser desalojados de manera permanente en un plazo perentorio y construiré zonas de amortiguamiento para el impacto de las aguas, al tiempo que se toman previsiones ante los efectos del calor y la sequía que se avecinan.
El mundo ha cambiado y es necesario adaptarse, sobre todo cuando lo que está en juego son vidas humanas.