Del tamaño arriba mencionado es el llamado pasivo laboral que como pesada herencia dejaron los alcaldes anteriores.
Ayer se dio el primer paso para salir de ese grave problema, pero fue minúsculo.
Lo que se necesita hacer, para que sea efectivo, debe tener mayor alcance, pero sobre todo, tiene que incluir una fuerte sanción a quienes persistan en las conductas que llevaron al terrible escenario actual.
Los alcaldes que corrieron a gran parte del personal de los Ayuntamientos para colocar a sus amigos y compromisos siguen impunes y alguno de ellos incluso planea volverse a postular.
Sin castigo, el carácter de simple paliativo del dinero entregada ayer se reforzará.