Luego del grave daño económico provocado por el cierre del Paso Exprés a raíz del daño detectado cuando un socavón se tragó un vehículo en el que viajaban dos personas –que finalmente murieron- la Secretaría de Comunicaciones y Transportes reabrió parcialmente la circulación luego de un estudio con geo radar que supuestamente determinó que no hay riesgo de nuevos hundimientos en la zona.
Sin embargo, esa no es ninguna garantía, pues hay otras zonas de ese trayecto en las que se han denunciado fallas graves.
En el inter, dos obras de la misma secretaría han sufrido graves daños: un socavón en una carretera nueva en Oaxaca, y la caída de trabes de la construcción de una “moderna” vía férrea en el Estado de México.
Por eso los automovilistas no pueden confiarse de los comunicados oficiales, pero de igual forma la ciudadanía no debe dejar de presionar porque se aclaren las responsabilidades y se castigue a los culpables.
De paso, se debe corregir esa horrible decisión de diseño que margina al grueso de los conductores de transitar dignamente hacia el sur de la ciudad y los condena a embotellamientos perpetuos debido a que no se puede acceder desde los carriles laterales hacia el paso central, insultantemente vacío casi todos los días de la semana.