Tal fue la conclusión de la reunión celebrada el viernes pasado entre la directiva de la unión local de productores de caña de la Confederación Nacional de Productores Rurales (CNPR), comisariados ejidales de catorce municipios y delegados de la pequeña propiedad, con el coordinador de la Policía de Investigación Criminal, Martín Rizo Muñoz y sus directores de las regiones sur-poniente y oriente.

“A mi llegada en el mes de marzo, esta parte del estado era una parte muy difícil, pero realizamos infinidad de operativos y a partir de esa época dio como resultado de que en breve tiempo, no más de un mes, la detención de personas dedicadas a cometer delitos de alto impacto social, muchos de ellos están siendo procesados por las autoridades del fuero común y otros tantos por la SIEDO (Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada)”, externó el coordinador de la Policía de Investigación Criminal.

Pidió a los cañeros presentar las denuncias correspondientes de cualquier delito o incluso en contra de policías o funcionarios que pidan dinero a cambio de agilizar investigaciones. “No hay que dar ni un solo peso a la policía para que trabaje, si necesitan recursos, yo veré cómo los consigo por la parte institucional, pero no hay que darles ni un peso, y si piden, les voy a pedir de favor que me lo comuniquen“.

Y aunque algunos productores le hicieron reconocimiento, e incluso lo elogiaron, hubo quienes no estuvieron de acuerdo en que la delincuencia haya bajado.

“En días pasados sufrimos un secuestro en la familia. La situación, aunque muchos dicen que está bien, es mentira. Hace falta mucho por hacer y así como muchos le agradecen, yo le pediría de favor que interviniera con los mandos medios y bajos, porque las policías, la acreditable, la estatal y no sé cuántas más, nos identifican, saben quiénes son los verdaderos malos, pero a los campesinos los desconocen”, acusó Francisco Curiel.

“Vaya usted solo –le dijo a Rizo Muñoz-, de Tequesquitengo a Tlatenchi después de las diez de la noche y está cañón”, y  pidió rondines en la entrada Jojutla, por la autopista.

Afirmó que incluso ya no van a parcelas alejadas, por miedo a un secuestro, que no podrán pagar con las pocas utilidades que les dejan esas tierras.

El mismo presidente de la unión cañera Pedro Ocampo, reconoció que por la inseguridad, envió a un familiar fuera del estado.

Al terminar la reunión, en entrevista, Antonio Becerril Jacobo, productor de caña, coincidió en que sí ha disminuido la delincuencia, pero todavía no hay percepción de seguridad.

“Sí ha disminuido el delito, pero todos damos cuenta de que sigue prevaleciendo la delincuencia en la región. Se habla por ejemplo, de que a los compañeros que son capitanes de cortadores, les han robado el dinero, que es para los cortadores. Nosotros como productores sentimos todavía el peso de la delincuencia que no se ha terminado, andamos todavía con temor la gente del campo”.

Además, dijo que cuando venden una parcela, no saben cómo, pero los delincuentes se enteran y antes de que depositen el dinero, “te levantan o te extorsionan y te quitan lo que es el patrimonio de toda la vida”.

Por otra parte, en sus colonias o comunidades, siguen escuchando de homicidios, asaltos y secuestros.