Javier Mina Cata promotor turístico, acompañado de su cliente de nombre Israel, ambos provenientes de Querétaro, que estaban de visita en la región explicó que a las dos horas de este domingo, iban circulando por Jojutla, en una camioneta Sprinter, Mercedes Benz, rumbo a un hotel de Tlaquiltenango (al balneario El Rollo).
“Entonces nos interceptó una patrulla, me detengo, nos empiezan a acusar de haber secuestrado a alguien, porque había pasado dos veces por un hotel. Mi compañero empieza a grabar con su celular, al momento de verlo, los policías lo bajan a golpes, se lo quitan y se lo llevan detenido. Yo les dije que eso no estaba bien, pero también me llevaron asegurado, acusado de que iba ebrio. Sí me tomé una cerveza, pero me hicieron hasta dos veces la prueba del alcoholímetro, para que diera positivo”.
Aseguró que cuatro oficiales lo subieron a la camioneta de seguridad pública y le quitaron siete mil pesos de su vehículo.
“Pero al darse cuenta de que la unidad era de mi acompañante, me pidieron 50 mil pesos, me dijeron que hablara a mi familia para poder liberarlo, a lo cual no accedimos y quedamos detenidos”.
Señaló que al día siguiente, la mañana del lunes, el juez cívico les pidió 670 pesos de multa por cada uno, pero no les entregó ningún recibo. Adicionalmente, les entregaron un recibo, este sí oficial por seis mil 377 pesos para que pagaran en la Tesorería y en una hoja de cuaderno, le hicieron otra cuenta por mil 245 pesos para poder sacar su vehículo.
“Pagamos alrededor de ocho mil pesos, por pensión inventario, salida de grúa –que no se usó-, chofer y una custodia, multa del alcoholímetro y desorden público, por grabar con el celular”. Mencionó que en el papel escrito a mano en cuaderno decía grúas Zamudio, y se encontró que le golpearon la camioneta. “No quisieron darme recibo, simplemente la condición era pagar mil 245 pesos si no, no la podía sacar”.
Los afectados dijeron no recordar el número de la patrulla, sólo que fue un encapuchado quien les pidió el dinero (los 50 mil pesos, que no dieron) y escucharon el nombre de Giovani.
Ambos denunciaron los hechos a la alcaldesa Hortencia Figueroa Peralta, quien enteró al director del Mando Único y al encargado de Asuntos Internos para dar una respuesta a los visitantes.
Dijo que ya querían irse del municipio y pidieron que “no haya tanta extorsión con los turistas”.