Ciertamente, hubo una gran cantidad de votos nulos. De hecho, en la elección para presidente de la República, de acuerdo con los últimos datos publicados, habría más del dos por ciento de votos nulos, una cantidad similar o incluso superior a la que habría obtenido el Partido Nueva Alianza.
En la elección para gobernador del estado de Morelos, los votos nulos llegaron casi al tres por ciento del total de la votación, más o menos un punto porcentual por debajo de lo que obtuvo el Partido Social Demócrata.
Al parecer, las alianzas y coaliciones habrían confundido a un buen porcentaje de electores. De acuerdo con los resultados, hubo un gran número de ciudadanos que votaron por más de un partido, que si bien, en las candidaturas comunes funcionó para el candidato, fue inválido para los partidos.
Eso ocasionó confusión y la pérdida de sufragios, que en algunos casos, sí fue significativo, pues en municipios y distritos electorales hubo contiendas cerradas.
El otro factor fue el de alianzas y coaliciones. ¿A quién beneficiaron? En el caso del PRI, su alianza con el Partido Verde le dejó poco más de 20 mil votos, mientras que el Partido Nueva Alianza, menos de 10 mil. Por los tres partidos a la vez votaron casi la misma cantidad que por los dos partidos aliados juntos.
Esta integración no hizo diferencia y además el PRI tuvo que ceder espacios a sus aliados.
En el caso del PRD, tuvo una mejor captación de votos con sus aliados de izquierda; el Partido del Trabajo le sumó más de 30 mil votos y el Movimiento Ciudadano, más de 18 mil; por los tres juntos votaron más de 50 mil personas. Aquí también el PRD tuvo que ceder candidaturas que –algunos opinan– habría ganado aun sin esa alianza.
Se seguirán buscando factores de la derrota y también del triunfo, pero una cosa es coincidente: en el estado de Morelos se sigue sintiendo una fuerte inclinación hacia el PRD, que por segunda ocasión fue beneficiario de esta votación en masa, independientemente incluso de sus candidatos.