Poco a poco conoceremos los nombres de quienes aspiran y, sin duda, habrá muchas sorpresas en los registros, ya que luego de los procesos internos en cada uno los partidos, se dieron las impugnaciones, los señalamientos y los reacomodos incluso en otros partidos.
En el caso del PRI, no hubo sorpresas; por “dedazo”, los compadres, amigos y los que –dicen– pagaron candidatura, quedaron incluidos. Desde luego, quienes manejan el tricolor sabían que habría inconformidad y tal vez algunos conatos de salida de militantes; pero al final, eso sería mejor que abrir los procesos y tener conflictos en muchos más municipios y distritos electorales.
Además, siempre se puede ofrecer algún cargo a los inconformes para vuelvan al redil. Sin embargo, no se apagó el fuego del todo y están en trámite por lo menos 20 impugnaciones que podrían hacer cambiar al final a los candidatos.
Por cierto, esta situación nos recordó la de hace unos años, en la que por los pleitos, el PRI no registró candidatos en algunos municipios.
El PRD, en alianza con el PT y Movimiento Ciudadano, también nos dará sorpresas en sus candidatos a alcaldes y regidores. Los señalamientos de que nunca hubo encuestas y no se respetaron los acuerdos dieron como resultado que aquí también algunos aspirantes cambiaran de partido y de bandera. Ya de entrada, vale decir que muchos aspirantes se registraron para dos cargos diferentes, previendo con ello que en realidad iban por una cosa y no por otra.
El Partido Acción Nacional tampoco cambió su línea para elegir a sus candidatos. Los favoritos, los cercanos, los allegados a la cúpula, fueron los afortunados. Los panistas no pueden hablar, discrepar o disentir, so pena de ser congelados o expulsados, incluso. Aquí todo queda en familia. Esperaremos las listas de los Ayuntamientos para confirmar que los méritos no se hacen en el trabajo político, sino en la cercanía con la dirigencia.
El resto de los partidos buscará acopiar y registrar a candidatos resentidos para intentar dar la sorpresa, como ya ha ocurrido en algunos municipios de la región sur. Lamentablemente, los partidos chicos sólo han servido para eso. No tienen una auténtica base de militantes, ni dirigentes que mantengan presencia y sobre todo, organización confiable que les permita gobernar. También será interesante conocer los registrados por estos partidos, para darnos cuenta de sus posibilidades; pero, sobre todo, de que siguen viviendo a expensas de los grandes.