Lo anterior, tras el despido masivo de los agremiados desde el inicio de la administración municipal del alcalde emanado del Partido del Trabajo (PT), quien atribuyó esta acción al cumplimiento de sus compromisos de campaña de disolver al sindicato. Esta situación ha generado una deuda del gobierno municipal por un monto superior a los siete millones de pesos que día a día va en incremento, mencionaron agremiados.
En aquel momento, el presidente municipal desalojó a los trabajadores sindicalizados de su propia área de trabajo, sustituyéndolos por sus trabajadores de confianza, incluso de la oficina que ocupaba en la planta baja del palacio municipal, lo que provocó la demanda de los 33 agremiados activos vigentes.
Ahora la deuda con el sector sindical va en aumento, debido a los laudos, las nuevas demandas laborales, salarios caídos y demás prestaciones como bono, despensa y los aguinaldos. Estos últimos siguen en aumento considerable, lo que provocará que Miranda Gallegos, al término de su administración, herede una deuda considerable para el próximo periodo, además de la deuda que estaría dejando del préstamo de los 11 millones de pesos solicitado para la obra del mercado municipal, entre otras, el cual se programó para pagarse en cinco años.
El sindicato cuenta con un total de 53 plazas, de las cuales 33 presentaron su demanda correspondiente por despido injustificado, más ocho sindicalizados activos en esta administración, los cuales siguen trabajando con su salario y prestaciones. “Esto es algo contradictorio, porque sí reconocen la figura de sindicato con ellos”, dijeron los agremiados.
La organización reconoció que sí hubo renuncias, pero fueron de trabajadores que estaban despedidos desde administraciones anteriores, más uno activo, mientras que el resto de los agremiados aseguraron que siguen dentro del sindicato y pagan sus cuotas sindicales cada quincena como corresponde.