Los inconformes, que pidieron el anonimato, revelaron que siguen los problemas en ese reclusorio, los cuales se incrementaron tras la riña ocurrida en el interior el pasado 2 de abril.
Refirieron que el anterior director, Samuel Su Robles, fue removido del cargo a mediados de enero precisamente por las quejas que había en su contra y relevado por Evelia Flores Hernández.
Y aunque en un principio parecía que las cosas cambiarían, dijeron, al final se volvieron peores.
Señalaron que les cambiaron el turno de 24 (de trabajo) por 48 (de descanso), por un nuevo horario de siete a cinco de la tarde del día siguiente; las diligencias (acompañando traslados al Tribunal Unitario de Justicia para Adolescentes, ubicado en Cuernavaca) tienen que terminarlas antes de irse a descansar y en ocasiones no tienen ni oportunidad de alimentarse; se canceló un curso de prácticas de tiro; siguen sin tener armas de fuego y chalecos antibalas y son hostigados laboralmente y amenazados con ser cambiados si no se sujetan a estas disposiciones.
Coincidieron en que el problema radica en una falta de planeación y orden en el reclusorio, ya que no hay áreas de segregación de internos –que favorece las riñas y extorsiones entre los propios reclusos, que están mezclados, adultos con adolescentes– y a la falta de elementos policiacos, ya que deben ser 20 y sólo hay 13 por turno. Más aún, “la directora tiene un régimen autoritario verbal, nada nos entrega por escrito y además, nos dice que los problemas en el Centro deben ser resueltos por los propios custodios, quienes presuntamente los crearon”, se quejaron.
Mencionaron que tenían expectativas de mejora con la nueva directora, pero no ha sido así; por el contrario, las cosas han empeorado, por lo que decidieron presentar la denuncia pública para que las autoridades superiores corrijan esta situación.