“Esta situación comenzó cuando (sus compañeros) le quebraban el lápiz, el sacapuntas, la goma, el ábaco; mi niño iba y se quejaba. Le decía a la maestra: ‘Maestra, me rompieron esto’. “No”, le respondía la maestra. “Es que tú no te sientas.” Ella nunca me dijo nada, nunca arregló nada; yo era la que iba con los papás (de los niños) y les decía: ‘Oiga, su niño le rompió esto al mío’. Y ellos me decían que la maestra no les decía nada”, expuso la mujer.
Agregó que la maestra, de nombre, Lucía Esther Martínez Jiménez, se enojaba cuando le daba las quejas. Por eso, la madre de familia prefirió hablar con el director, Caleb Serdán Espinoza, lo que molestó más a la docente, que “de ahí la fue agarrando con el niño, y cada vez más y más”.
Aseguró que en el mes de marzo pasado, tras terminar un examen, el niño lo entregó a la maestra; pero ésta le pidió que hiciera las tablas de multiplicar del 2 al 7. “Mi niño se las realizó y le dijo: ‘Ahora hazme un dibujo’. Y se puso a hacerle una flor; se la entregó, pero la maestra le dijo que no le gustaba, que estaba bien feo y que él era un burro que no aprendía. Mi niño agarra y le hace un corazón, y la maestra le dice que a otro niño le va a poner 10 y a él cero porque es un burro y ni siquiera se le entiende a su letra y le dijo: ‘Mejor ponte a hacer otra cosa porque si no, te voy a amarrar y te voy a deja en el rincón’.”
La madre de familia comentó que por versiones de otros padres, la maestra efectivamente ya había amarrado a un niño, lo que no le pareció justo y consideró que lo mismo podría pasarle a su hijo; por lo que lo hizo del conocimiento del director. Éste pidió un plazo para que se conciliaran las cosas, pero al término de un mes, no hizo nada, afirmó.
Después, acudió con la supervisora escolar, quien sí tomó interés al asunto. Se entrevistaron con la maestra Martínez, quien negó los hechos. “Ella dijo que no estaba loca para decirle eso a mi hijo, y aunque se dio un plazo para que cambiaran las cosas, la situación siguió y mejor cambié a mi hijo de grupo.”
Comentó que la situación se volvió difícil con la maestra, quien acusó que “una vieja revoltosa la quería sacar de la escuela”. “Yo no quiero afectarla, sino que se comporte como lo que es, porque para eso se le paga; para que les enseñe a los niños, no para que los maltrate.”
Entrevistado al respecto, el director dijo conocer del caso, pero admitió que no se ha dado seguimiento al caso ni se ha entrevistado con la supervisora, por lo que pidió tiempo para hacer una declaración más amplia al respecto.