La emergencia sanitaria echó abajo la celebración, que ya estaba avanzada en su organización.

Tequesquitengo.- A pesar de que ya estaba avanzada la organización de la edición 77 de la vistosa celebración del Jueves de Ascensión en este lugar, tuvo que cancelarse por la pandemia.

La ayudante municipal, Zahira Ramírez, comentó que se había integrado el comité organizador y ya estaban trabajando cuando todo se vino abajo.

“Ya teníamos la base para la fiesta, ya habíamos tenido contacto con la presidencia municipal para los eventos culturales, con ganaderos, con una diputada, y ya estábamos pasando a los locales a recabar la cooperación de parte de los pobladores, cuando comenzó todo esto del covid y se vino abajo, porque se amplió la contingencia”, refirió.

En cuanto a la procesión por el lago con el Santísimo, que es uno de los mayores atractivos de esta fiesta, la ayudante municipal aclaró que ya no tuvo contacto con el sacerdote y suponía que por lo menos se iba a realizar una misa a través de redes sociales, pero no fue así. “Nunca nos dieron aviso y perdimos el contacto”, comentó.

Deploró que se haya interrumpido la tradición, que es muy importante para la gente del pueblo, además de que se perdió toda la afluencia turística que se recibía en estos días.

Dijo que en redes sociales mucha gente subió fotografías del año pasado para recordar la fecha, y aseguró que nadie tuvo la tentación de realizar alguna comida en su casa para celebrar el día.

Asimismo, señaló que el comité se mantendrá para la fiesta del próximo año y, en su caso, devolverá las aportaciones que recibió, que no era mucho, mientras que, por su parte, el Sistema de Agua Potable destinará lo que recaudó a un beneficio común.

Por su parte, Eduardo López Román, mejor conocido como “Molacho”, promotor de esta fiesta, dijo que ayer mismo intentó que por lo menos se realizara la procesión del Santísimo, pero no se pudo lograr.

Con 45 años de participar en esta fiesta, “Molacho” dijo sentirse muy mal espiritualmente porque a la gente del pueblo “no le interesó recibir la bendición de un poder superior”.

“Lloré de impotencia, porque no pude hacer nada”, finalizó.