Los pequeños productores de Puente de Ixtla enfrentan bajas ventas, competencia desigual y el desuso de la flor por parte de las nuevas generaciones
Puente de Ixtla.- En los campos de Santibáñez y El Salado del ejido de este municipio, continúan sembrando la flor de cempasúchil para la celebración del Día de Muertos, a pesar de que ha disminuido la superficie productiva y la comercialización.
Amado Bautista Hernández, productor de este lugar, ha sembrado por más de 40 años la flor de cempasúchil en diferentes variedades; este año, a diferencia del anterior, únicamente sembró alrededor de tres y media hectáreas junto con la flor que se conoce como clemolito, que es pequeña, el color de sus pétalos es de tonos rojo y naranja, la cual también se acostumbra usar en esta temporada de Día de Muertos.
Amado Bautista, un hombre de más de 60 años, reconoció que año con año ha ido a la baja la producción de esta flor tradicional en el Día de Muertos, a pesar de ser un elemento fundamental de las ofrendas y los panteones para adornar las tumbas en esta época. La descacharrización por enfermedades como el Dengue, la oferta e introducción de este producto de grandes productores y el bajo costo han sido factores que, poco han poco, han provocado que menos productores de la región inviertan recursos humanos y económicos en la siembra de esta flor.
"Se ha sembrado poco porque ya no se vende mucho y su costo es muy bajo, y quienes vienen de otros lados acaparan el mercado. Además no rinde. Aquí invertí más de tres mil pesos, pero la ganancia es poca, la gente no la compra a buen precio y por eso mejor se abarata para que salga, porque solo se vende esta temporada. En otros años, hay quienes dejan la flor abandonada en los campos por lo mismo de que se abarata o se acapara el mercado por los grandes productores, por ejemplo de invernadero, que la producen en maceta", expresó.
La siembra de flor de cempasúchil para Amaro Bautista es una tradición, pues fue una herencia de sus padres. Por ello, año con año, aproximadamente dos meses antes del festejo de Día de Muertos, prepara la semilla y la tierra para cosecharla entre los días 31 de octubre y primero de noviembre, y la traslada en su caballo. Su esposa, hijo e hijas lo ayudan a venderla por ramo o manojo, ya sea en el mercado en un puesto provisional o en el panteón, donde estos días se vuelve un tianguis la calle que da acceso al camposanto, así que al no tener intermediarios logra tener una mayor ganancia de este producto.
Amado Bautista comentó que las nuevas generaciones han dejado de hacer uso de esta flor, a pesar de su significado de acuerdo con la tradición prehispánica, aunado a que el sector salud recomienda el uso de flor artificial para evitar la reproducción del zancudo que transmite enfermedades como el Dengue, Chikungunya o Zika.
Sin embargo, dijo que ha invitado a la gente, sobre todo a los más jóvenes, a que no deje esta tradición, que la preserve. "Que las nuevas generaciones sigan celebrando a los muertos, que no nos olvidemos de los que se han adelantado y que mantengamos los elementos básicos de estas fechas como es la flor de cempasúchil, el pan, el copal, las velas y la comida tradicional".