Jojutla.- En la última jornada de los cuatro días en que se entregó apoyo a los damnificados por el sismo del 19 de septiembre en la región sur, decenas de personas solicitaron ayer a la fundación budista “Tzu Chi” extender el beneficio económico.
Tras haber estado en Tlaquiltenango y Zacatepec, desde el miércoles y el día de ayer, la organización dedicó esos días a la entrega de apoyos en Jojutla, consistentes en un monedero electrónico –con por lo menos ocho mil pesos-, una cobija y servicio médico gratuito.
Ivone García, coordinadora de voluntarios locales, precisó que ayer a las dos de la tarde terminarían de entregar toda la ayuda y manifestó su deseo de que llegaran todos los “invitados”, pues ya no habría otro momento para hacer la entrega.
Dijo que el miércoles llegaron mil 624 familias y ayer esperaban el resto para completar tres mil 100.
“Ellos (los integrantes de la fundación) se retiran a sus países de origen, pagan sus propios gastos, por lo que ya no podrán permanecer más tiempo”.
Reconoció que el miércoles se presentaron alrededor de 200 personas que no estaban registradas para obtener un apoyo y claramente se les dijo que si lo deseaban, podían dejar los documentos, pero no hay nada seguro, pues aunque se mantendrá el contacto con la fundación, no hay garantía de que haya más apoyo.
Comentó que en su momento, darán a conocer una página de Facebook, para dar información.
Por su parte, Martin Kwo, coordinador de la fundación, comentó que se apoyaron con las autoridades y voluntarios de cada municipio, para determinar al número de personas que necesitaban el apoyo y estuvieron un mes y medio verificando su situación, lo que consideró tiempo suficiente para cubrir a la totalidad.
Dijo que tienen la voluntad de apoyar a todos los demás que lo necesiten, pero ya es imposible verificar en tan poco tiempo a quienes lo están pidiendo.
Reveló que cuando se enteraron de los daños del terremoto en la región, les dijeron que no vinieran porque había mucha inseguridad y se preocuparon por la seguridad de sus voluntarios, pero debido al amor que tienen a las personas, vinieron impulsados por los propios integrantes de la fundación en el mundo.
“Las personas de aquí son tan amistosas que al principio tuvieron desconfianza, pero pasando el tiempo nos abrieron sus brazos y hasta nos invitaban a comer. He estado en 18 países y en Morelos la gente nos abrió su corazón como unos seres humanos decentes”, dijo.
La fundación ayudó a por lo menos seis mil personas de la región, de los municipios de Tlaquiltenango, Zacatepec y Jojutla.