Jojutla.- El representante del Papa en México, el nuncio apostólico Franco Coppola, visitó la colonia Emiliano Zapata de esta ciudad, donde se ofició una misa en recuerdo de las víctimas del sismo del 19 de septiembre y escuchó los testimonios de algunas personas que sobrevivieron tras al terremoto.
El espacio que ocupó la capilla de la Santa Cruz (que se derrumbó tras el temblor) fue en la calle 10 de Abril, de la colonia citada, donde se recibió a los representantes del episcopado mexicano y a la comunidad católica de la región sur.
Tras escuchar los testimonios de los sobrevivientes del sismo, el nuncio apostólico resaltó que “eso nos ayuda a ver qué es firme y qué no es firme. Muchas veces nosotros ponemos la confianza en cosas que no son tan firmes, hay otras cosas que son más firmes que la tierra, más firmes de todo lo que hemos construido y que hace mal al corazón ver como en un momento, en unos segundo todo se ha derrumbado”.
Mencionó que él, de origen italiano y proveniente en este momento de Africa, donde radicó por algún tiempo, sabía que México “es un país que está en manos de una violencia terrible, se sabía que es un país que no es pobre, pero es un país con mucha desigualdad donde hay personas que están muy bien pero que muchos otros están muy mal, y que se supone que es un país en gran mayoría católica, y eso pregunta más (sic) ¿cómo es posible que tienen la misma fe y hay esas diferencias, esta violencia?”.
Pero con el temblor, dijo, otra imagen se ha fijado en los ojos de los demás. “La imagen de millares y millares de mexicanos que han salido de sus casas que estaban bien para salir ayudar, para ir a quitar los escombros, buscar y encontrar algún sobreviviente, para traer lo que podían. Ahora si uno pide a un extranjero que conoce de México la primera cosa que contesta es que es un país donde hay una gran solidaridad, una gran fraternidad. Eso muestra que aunque haya tantos problemas, tantas cosas por mejorar, por cambiarse, hay algo sano en nuestro pueblo que se ve en los momentos difíciles”.
Indicó que la Iglesia católica con todo lo que pueda tratará de ser cercana, humana y materialmente con todos.
Por su parte, el obispo de la diócesis de Cuernavaca, Ramón Castro Castro, resaltó: “Se han derrumbado nuestras casas, nuestros edificios, nuestros templos, pero no se ha derrumbado la fe, la esperanza y la solidaridad”.
Castro Castro, acompañado de monseñor Alfonso Mirada, en representación de los obispos mexicanos y los obispos eméritos monseñor Florencio Olvera Ochoa y Onésimo Cepeda, anunció se ha logrado contar con el apoyo de organizaciones para la construcción de 600 viviendas, además del proyecto de la reconstrucción de la capilla de la colonia Emiliano Zapata.
“México ha vivido una tragedia que ha dejado una herida muy profunda al pueblo mexicano; 11 estados se han visto heridos por sismos. En Morelos se ha vivido algo inédito en su historia, donde más de 15 mil inmuebles resultaron daños diversos, desde total y parcialmente, trayendo consigo desempleo, enfermedades, desánimo y tristeza”, dijo.
Agregó que en Morelos el 60 por ciento de los templos resultaron con daños en diferente magnitud que no pueden ser utilizados, pero afirmó que trabajan de manera coordinada con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), para la restauración del patrimonio histórico.