Tetecala.- A un mes del sismo, los vecinos y comerciantes de la calle No Reelección de la colonia Centro en la cabecera municipal siguen con la incertidumbre del estado estructural del campanario de la iglesia de San Francisco de Asís, reiteró José Garduño Bustos, vecino del lugar.
Agregó que a poco más ya de un mes del temblor el INHA no ha emitido dictamen alguno, ni mucho menos Protección Civil estatal ha acudido al municipio para verificar las condiciones del riesgo que existe.
"Desconocemos el nivel de riesgo que corremos. Por eso estamos buscando ingeniero estructurista que desee colaborar. Los vecinos y comerciantes desalojados de la calle No Reelección pagaremos honorarios correspondientes, pero ya estamos preocupados por nuestro patrimonio, nuestro trabajo y el de muchos otros", insistió Garduño Bustos.
Mencionó que no hay respuesta por parte del INAH ni otra dependencia para que puedan reabrir sus negocios y habitar sus viviendas.
Reiteró que las instituciones han sido insensibles ante la contingencia, ya que por poco más de un mes siguen sin poder regresar a sus espacios por el temor que representa el daño en el campanario de la parroquia que se ubica frente a sus inmuebles, pues amenaza con desplomarse y caer en sus viviendas y negocios.
José Garduño comentó que el peligro es latente, por lo que sigue registrando pérdidas económicas la actividad comercial, sin que las autoridades competentes tomen cartas en el asunto.
Recordó que desde el 19 de septiembre fueron desalojados inmediatamente tras el temblor por el daño que tuvo el campanario, que está en riesgo de caer. “Ya no se nos permitió la entrada y hasta las ocho de la noche de ese día pudimos ingresar a sacar lo más indispensable. Tuvimos que conseguir colchonetas, parrillas; estamos en condiciones precarias, en una casa prestada, además de que no podemos reabrir nuestro negocio por el riesgo y las autoridades estatales han sido omisas ante nuestra situación ya que ni Protección Civil estatal ni otra autoridad se ha acercado”, dijo.
José Garduño relató que por 15 años han vivido en ese domicilio, que hoy es amenazado por el peligro del derrumbe del campanario de la iglesia de San Francisco de Asís, y a más de 20 días del sismo no se ha dado una solución real al problema.