Jojutla.- Este lunes continuará la audiencia de juicio oral en contra de Daniel R.G., de 52 años, y su hijo Daniel R. N., de 25, en la ciudad judicial de este lugar, por el caso de la menor secuestrada en Tlaltizapán, Y.S.S.S. (entonces de 12 años de edad), el pasado 11 de enero de 2016.
La audiencia comenzó el pasado jueves 10 de agosto y se han presentado ya a declarar varias personas, especialmente policías.
Debido a la cantidad de testigos citados –se dice más de diez- ese jueves la audiencia se suspendió, continuó el viernes y proseguirá este lunes. De acuerdo con el desahogo de cada uno de ellos, el proceso podría concluir esta misma semana, con el fallo del juez, ya sea condenatorio o absolutorio.
Aunque todavía faltan varios testigos por aportar testimonio, especialistas comentaron que con base en las declaraciones de los policías, hasta el momento, se puede establecer que hubo deficiencias en la actuación de la policía Morelos, pues no se siguió el protocolo ni estableció cadena de custodia, por ejemplo, de la mochila de la adolescente.
El 11 de enero de 2016, la menor habría sido plagiada cuando iba a la escuela junto con su hermana, en la calle 10 de abril del poblado de Santa Rosa 30, del municipio de Tlaltizapán. Por este hecho, fueron detenidos los dos hombres mencionados, que el pasado primero de diciembre de 2016 fueron vinculados a proceso y que ahora enfrentan el juicio oral, aunque todavía se ignora el paradero de la niña.
Hasta el momento, por los testimonios vertidos, se sabe que uno, de dos hombres, que se encontraban en un automóvil color verde, estacionado en la calle Reforma, descendió del vehículo e interceptó a la víctima, la tomó de la cintura y la subió al auto. Aunque su hermana intentó ayudarla, nada pudo hacer.
En su intervención, la policía recibió el reporte de que en un lugar conocido como el Pochote, habían visto a dos personas jaloneando a una menor. Después recibieron la orden de revisar en el campo y construcciones aledañas; en una obra en construcción hallaron una mochila y dos tapetes de carros.
Uno de los oficiales llegó al sitio y revisó la mochila y encontró cuadernos con el nombre de la niña, pero no la fijó ni fotografió, ni tampoco estableció la cadena de custodia.
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