En conferencia de prensa, en el cementerio de Tetelcingo, dijo que el contexto de las fosas de Tetelcingo es desolador, al informar que de acuerdo con las cifras del Sistema Nacional de Seguridad Pública, en los últimos cuatro años, los índices de criminalidad del país ubican al estado de Morelos entre los cinco primeros lugares.
En este sentido, señaló que en el periodo de gobierno de Marco Antonio Adame Castillo de octubre 2006 a septiembre 2012 se registraron 5 mil 745 homicidios, es decir 79.79 homicidios en promedio por mes; 156 secuestros, lo que representa 2.17 secuestros en promedio por mes; y 2 mil 86 violaciones, es decir 28.97 violaciones en promedio por mes.
Comparativamente, agregó, en lo que va del gobierno de Graco Luis Ramírez Garrido Abreu, entre octubre 2012 y abril 2016 se registran 3 mil 307 homicidios, es decir 76.91 homicidios en promedio por mes; 342 secuestros, es decir 7.95 secuestros en promedio por mes; y mil 515 violaciones, es decir 35.23 violaciones en promedio por mes.
“Es de destacar que en materia de homicidios la variación entre los periodos de Adame Castillo y Ramírez Garrido es de menos 3.6% en el actual gobierno, sin considerar los crímenes que se encuentran ocultos en fosas clandestinas. En materia de secuestros, la variación es de 366.35% más en el actual gobierno; y en materia de violaciones es de 21.60% más en el actual gobierno”.
Alejandro Vera dio a conocer que el Índice de Paz 2015, elaborado por el Instituto de Economía y Paz, Morelos ocupa el lugar 30 de 32, ya que se encuentra en el segundo lugar de violencia, en el tercero de homicidios y en el sexto de delincuencia.
Además, señaló, la deuda de Estado en procuración de justicia a las víctimas y a sus familiares no ha sido saldada por la presente administración. “De los crímenes cometidos durante esta administración y las anteriores, únicamente se ha iniciado proceso penal en apenas el 3% de los delitos, de acuerdo con datos del Índice Global de Impunidad México 2016”.
El rector de la UAEM consideró un hecho histórico y sin precedente la apertura de las fosas, “que constituye un ejemplo de que el trabajo conjunto entre víctimas, sociedad civil, académicos e instituciones del Estado, puede ayudar a resolver parte de la tragedia de las desapariciones encubiertas en infinidad de fosas clandestinas que se extienden a lo largo y ancho del país, así como hacer justicia a las víctimas de la violencia”.