El día cuatro de octubre de 2013, Carmen Morales fue intervenida quirúrgicamente y su matriz fue enviada a Cuernavaca para ser analizada; sin embargo, los resultados se retrasaron por un año y medio, en tanto que los médicos del IMSS aseguraban que se habían extraviado. Cuando Carmen Morales y su esposo Aurelio Vidal supieron finalmente el diagnóstico, el cáncer ya había avanzado mucho y sólo tres meses después Carmen perdió la vida durante una hemodiálisis en una clínica privada.
Para Aurelio Vidal, la muerte de su esposa es resultado de un ejemplo claro de negligencia médica, donde ni los dos doctores que la atendieron ni el director de la clínica, Artemio Soberanes, trataron el caso con la gravedad que podía tener y que finalmente tuvo.
Para él, este caso amerita ser investigado por la Fiscalía Regional Oriente, por lo que hace unos días denunció los hechos en esta dependencia estatal, buscando comprobar que los doctores efectivamente incurrieron en una falta e inhabilitarlos de forma permanente.