Sólo el ruido del aire se escuchaba en el primer cuadro de la capital morelense, un zócalo semivacío, mariachis que dejaron de tocar sus instrumentos musicales, vecinos y visitantes que se retiraron a sus hogares y comerciantes que decidieron suspender sus laborales fue lo que desató el asesinato de un joven de 23 años de edad que quedó tirado en la entrada de un bar.
Nueve jóvenes fueron los testigos presenciales del artero homicidio en contra de José Alfredo, quien recibió un impacto de bala en la cabeza; la evidencia: dos casquillos, uno percutido calibre .38.
Durante los primeros minutos del jueves, las calles Humbolt y Guerrero fueron cerradas a la circulación derivado de este hecho.
Los datos que recabó la Policía en el lugar fue que al negocio con razón social “DBRAYE”, ubicado justo en la segunda planta del centro comercial Las Plazas, llegaron cuatro sujetos. Uno de ellos llamó a la víctima y le disparó en la cabeza.
Al lograr su cometido, los asesinos corrieron y se subieron a un automóvil Jetta, color negro para huir con rumbo desconocido.
Las personas que presenciaron el crimen fueron llevadas a las instalaciones de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) para que rindan su declaración.