Cuernavaca, Morelos.- Padres de familia del Jardín de Niños "Simón Bolívar", ubicado en La Selva, en esta ciudad, bloquearon la avenida Plan de Ayala para protestar por la inseguridad, pues el plantel ha sido robado en cuatro ocasiones en los últimos tres meses.
Los inconformes cerraron la circulación en la referida vialidad -una de las más importantes de Cuernavaca- durante casi dos horas para exigir la presencia inmediata de las autoridades de seguridad pública.
Y es que la mañana de ayer se encontraron con la desagradable sorpresa de que de nueva cuenta, las oficinas de la escuela fueron saqueadas; los ladrones rompieron cristales e incluso una alambrada de navajas y una cerca de malla metálica. Lo anterior, pese a que a unos cuantos metros, en el Jardín Melchor Ocampo existe un módulo de la Policía.
Los padres fueron atendidos por una comitiva de comandantes del Mando Único, ante quienes maestras y jefes de hogar expresaron su indignación y reclamo de medidas efectivas para abatir la delincuencia.
"Ya estamos hartos, estamos hablando de la seguridad de nuestros hijos. No es posible que nos roban ya cuatro veces en tres meses, y a un lado está la caseta de vigilancia y no ha servido para nada", expresó una de las madres de familia.
Indicaron que la ocasión anterior, las mismas autoridades se presentaron y firmaron un documento en el que se comprometieron a realizar rondines constantes para evitar los hurtos, pero no se cumplió.
En los tres robos anteriores los delincuentes se llevaron equipo de cómputo, tuberías de cobre, la bomba de agua para los tinacos de los que se suministra el agua para los sanitarios, material didáctico, entre otras cosas.
Las irritadas madres de familia calificaron de injusto que se presenten los robos y no haya investigaciones, ni vigilancia y que sean los propios padres de familia quienes tengan que estar pagando y reponiendo los equipos y materiales para la educación de los infantes.
También reclamaron airadamente que no se realicen los patrullajes como se había prometido, al sostener que les preocupa la integridad de los menores en edad preescolar, ya que los ladrones cada vez tienen menos recato o más descaro para irrumpir en las instalaciones educativas.
En el jardín de niños, que tiene una matrícula de más de 360 estudiantes, las maestras colaboraron con la compra de algunas computadoras, pero de igual forma las profesoras lamentaron el robo, al señalar a los jefes de hogar que no podrían conseguir de nueva cuenta esos recursos.