El ex gobernador celebró que el periódico fuera dedicado a las familias morelenses, ya que comulgaba con el lema editorial ("el mayor bien para el mayor número"). La estrecha amistad con el director de esta casa editorial, el ingeniero Estrada Elizondo, permitió que intercambiaran frecuentemente puntos de vista no sólo sobre la marcha del periódico, sino sobre el acontecer estatal y nacional. Como gobernador, Lauro Ortega marcó su administración por sus acciones para llevar bienestar a todos los habitantes de Morelos. Sin embargo, lo más sobresaliente de su sexenio fue la visión a largo plazo de la que hizo gala para superar las críticas al llevar a cabo obras que el resto de los políticos veía como innecesarias: la ampliación a cuatro carriles de las principales carreteras y la construcción del aeropuerto de Tetlama, así como grandes presas e infraestructura agrícola y ganadera. Esa mirada al futuro le llevó a acercarse a los accionistas de La Unión de Morelos, a quienes ofreció desinteresadamente su experiencia, lo que contribuyó a hacer frente a una de las más difíciles etapas que ha vivido el país en materia política y económica. Su administración también tuvo un gran toque de humanismo, lo que le llevó a crear numerosos programas sociales de ayuda a los desprotegidos, uno de los rasgos que la población más le recuerda. Y ese énfasis en la social también lo encontró en La Unión de Morelos, empresa de la que quiso ser parte, para lo que propuso ser consejero vitalicio, lo que fue aceptado gustosamente por los socios, ya que comulgan con los valores que en su actuación como gobernante difundió Ortega Martínez.