La astrobiología se refiere al estudio de la vida en el universo, a su origen, evolución y futuro. Es una rama de la ciencia que requiere de la combinación de distintos conocimientos científicos para su desarrollo y de investigación en biología, astrofísica, física, química, climatología, geología, oceanografía, planetología, paleontología, matemáticas, bioquímica, informática e ingeniería. SOMA es reconocida por la Federación Internacional de Organizaciones de Astrobiología (FAO, por sus siglas en inglés) y por la Red Europea de Asociaciones de Astrobiología (EANA, por sus siglas en inglés), además está afiliada a la investigación astrobiológica de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés).
La formación de SOMA
SOMA es una sociedad civil que surge en 1998 bajo los cimientos de la Sociedad Mexicana de Ciencias de la Vida en el Espacio, que fue fundada por personajes ilustres de la investigación científica y divulgación en México: los doctores Ramiro Iglesias Leal y Miguel Ángel Herrera Andrade, la química María del Carmen García Guízar y los ingenieros José Antonio Ruiz de la Herrán y Miguel Gil Guzmán. Su visión estaba relacionada con la ingeniería aeroespacial y la medicina espacial.
Fue durante un encuentro en una reunión de los miembros de la Sociedad Mexicana de Ciencias de la Vida en el Espacio con los estudiantes del doctor Rafael Navarro González, científico prolífico en la astrobiología mexicana, que la sociedad tuvo el conocimiento del tipo de líneas de investigación que realizaba el equipo del doctor Navarro, hecho que ocasionó modificaciones en la sociedad para otorgarle una visión más técnica, con objetivos reorientados para intentar la inclusión de más disciplinas, al notar la posibilidad de ampliar las ciencias espaciales con biología y química, ciencias fundamentales en la astrobiología.
En ese momento, en 1998, una de las agencias espaciales más importantes del mundo, la NASA, inauguraba su Instituto de Astrobiología (NAI, por sus siglas en inglés), lo que detonó también que en México se buscaran articular esfuerzos para generar un quehacer científico en la astrobiología mexicana. Luego, en el año 2000, SOMA fue registrada como una sociedad civil e independiente.
Una vez constituida, el primer paso fue dar a conocer a la sociedad y agrupar a los investigadores y estudiantes que desarrollaban proyectos que se enfocaban en esta área, además de invitar a otros estudiantes demostrando los objetivos.
"Afortunadamente nos fue bien desde el principio. Comenzamos a realizar pequeños simposios y coloquios y un primer ciclo de conferencias; fue un éxito total porque la gente se acercaba, entre estudiantes y profesores", platicó Sandra Ignacia Ramírez Jiménez, actual presidenta de la SOMA.
En adición al éxito obtenido, profesores de bachillerato comenzaron a solicitar talleres a los miembros de SOMA, estos con el fin de especializarse más en temas de física, matemáticas o astronomía para incentivar a los estudiantes jóvenes a involucrarse en la ciencia.
La mayoría de los estudiantes incorporados desde el principio a SOMA ahora son investigadores y profesores de universidades que asesoran a nuevos estudiantes entusiastas de la astrobiología. A partir de 2008, SOMA tomó un segundo auge que le ha permitido realizar diversos eventos de talla nacional con invitados de distintas naciones en referencia a la investigación astrobiológica.
Actualmente los objetivos de SOMA están dirigidos a la vinculación de estudiantes e investigadores nacionales e internacionales, la formación de recursos humanos mediante la promoción y organización de actividades académicas y la divulgación de la astrobiología al público en general. Todas estas actividades son posibles gracias al financiamiento del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y de las aportaciones de los miembros.
Acercamiento a la sociedad
SOMA tiene dos eventos prioritarios, la Reunión Bianual de Astrobiología y la Escuela Mexicana de Astrobiología. La primera se realiza en formato de congreso, “recibimos la visita de investigadores de renombre de Estados Unidos o de Europa y nacionales. Los estudiantes que están incorporados a los laboratorios de los investigadores miembros de SOMA presentan sus trabajos de investigación mediante ponencias o carteles. Este es abierto a todo el público asistente, académico y no académico”, añadió la presidenta.
La escuela pretende ofrecer docencia especializada y profunda en el tema de astrobiología. Mediante una convocatoria nacional se invita a los estudiantes de los últimos semestres de licenciatura o de posgrado a que soliciten la estancia. El proceso de selección está basado en el desempeño académico y el interés de los estudiantes en la astrobiología. “Les patrocinamos una semana en la que los empapamos de clases de astrobiología, les presentamos los procesos de investigación que se realizan en México con la idea de que se interesen y puedan involucrarse en esta área”, explicó la doctora Ramírez Jiménez.
Además durante 2015, los miembros de SOMA se han dado a la tarea de trabajar en la publicación del primer libro de astrobiología en español debido a que, al ser una disciplina muy grande y dinámica, la mayoría de la información precisa se encuentra en documentos en inglés, lo que ocasiona que se pierdan ideas durante las traducciones al español y tenga menos acceso para la comunidad. Este libro podrá colaborar con la transmisión del conocimiento, pues está dirigido a estudiantes de licenciatura y de consulta para posgrado.
“Nuestra iniciativa está basada en esa preocupación y motivación, los miembros de SOMA escribimos capítulos en español tratando de tener la información más actualizada. Creemos que será un esfuerzo importante para que los chicos que están interesados en estos temas de astrobiología, tengan una primera entrada formal y organizada que les permita de verdad captar la esencia del panorama y del área que queremos impulsar”, añadió.
Astrobiología en México
Además de reunir a los principales estudiantes e investigadores de la astrobiología en el país, SOMA trabaja en la incorporación formal de la disciplina como materia en las
licenciaturas, como en el caso de Ciencias de la Tierra en la Facultad de Ciencias de la UNAM en el área de especialización de ciencias del espacio; otro caso es la UAEM, que imparte seminarios y talleres a licenciatura y posgrado.
A partir de la popularización y difusión de SOMA y la astrobiología, más jóvenes se han acercado a esta área, la cual es vista por los estudiantes como un área potencial de desarrollo académico y la cual les permite la disciplinariedad y aprendizaje mutuo, además de potenciar la organización y trabajo en equipo.
En México existe investigación en astrobiología en distintos recintos como en el Instituto de Ciencias Nucleares, Instituto de Astronomía, Instituto de Geología, Instituto de Geofísica, Instituto de Física, Instituto de Ciencias del Mar y Limnología, de la UNAM. En el interior de la república existen miembros investigadores de SOMA en la Universidad de Guadalajara, la Universidad de Monterrey, la UAEM y en Morelia. Recientemente se han comenzado a establecer lazos con Yucatán para extender la línea de la astrobiología en México.
Algunos de los temas que se abordan desde la astrobiología mexicana son atmósferas extraterrestres, extremófilos, exoplanetas habitables, espectroscopia infrarroja de hidrocarburos en atmósferas jovianas, tránsitos planetarios extrasolares, formación, evolución y migración planetaria, anillos planetarios, cosmoquímica, evolución química, geología planetaria, entre otros.