La sentencia que la pareja podría recibir va de los 45 a los 70 años, aunque la Fiscalía General del Estado solicitó a los tres jueces que conforman el órgano jurisdiccional, que les sea aplicada la pena máxima por la saña con la que se privó de la vida a la menor de edad.
El pasado martes 6 de octubre los jueces Javier Hernando Romero Ulloa, Patricia Aguirre Galván y Edie Sandoval Lome, resolvieron por unanimidad que la pareja es responsable del delito de feminicidio, además de que también se les encontró responsables por la inhumación del cadáver.
En la audiencia de lectura de sentencia la juez relatora, Patricia Aguirre, estableció que Kenia "N" fue asesinada a golpes por su padre Gildardo Rendón, y en complicidad con la madrasta de la misma, Herminia Aguilar, la enterraron en el patio trasero de su casa, ubicada en el Rancho Capadero, del municipio de Tepoztlán.
El hecho ocurrió el 12 de julio del 2013, luego de que la adolescente de 16 años de edad y su hermano gemelo escaparon de su casa porque constantemente eran víctimas de violencia familiar, pero ambos fueron localizados por Gildardo Rendón en el municipio de Atlatlahucan.
El día del homicidio la menor fue encadenada por su padre, y después de discutir porque su hermana menor, María Bruna "N", le obsequió un jugo, éste la golpeó hasta matarla y después colocó su cadáver en una silla.
El hombre dijo a sus demás hijos que Kenia se sentía mal, que estaba descansando, y pidió que no la molestaran.
La pareja esperó a que anocheciera y que sus hijos durmieran para trasladar el cuerpo de la adolescente hasta la parte trasera de la casa en donde la enterraron de manera clandestina.
María Bruna "N" y uno de sus hermanos fueron testigos del hecho, y al cabo de un año decidieron escapar de la casa y denunciar lo ocurrido a las autoridades, toda vez que temían porque también los matara su padre.
El tribunal fijó el próximo martes 13 de octubre para llevar a cabo el desahogo de la audiencia en donde se dará a conocer la pena que la pareja podrá pasar en prisión, ya que los jueces determinaron que el Ministerio Público aportó suficientes pruebas para presumir que tanto la mujer como el hombre son responsables del homicidio, aunque en el caso de la madrastra se le fincó responsabilidades como copartícipe porque ayudó a enterrar el cuerpo.