“Muchos de los rectores asumíamos una posición bastante crítica sobre las evaluaciones de los programas educativos, porque si bien me parece que los equipos de trabajo integrados por los distintos organismos acreditadores o los distintos equipos de trabajo de los Comités Interinstitucionales para la Evaluación de la Educación Superior que evalúan nuestros programas, son equipos muy profesionales y particularmente están integrados por pares académicos y que tratan de darnos una visión muy objetiva del estado en el que se encuentran nuestros programas del concierto de todas las universidades públicas estatales, también es cierto que parecer ser que este sistema de evaluación programa por programa se ha ido agotando”, dijo.
Destacó que en el país son más de 3 mil 500 instituciones de educación superior y que México es uno de los países que más instituciones de este nivel tiene y si se multiplica por el número de programas que hay no alcanzaría un siglo para poder evaluarlos, y es una pretensión inalcanzable querer evaluar programa por programa de cada una de las instituciones educativas, ya que parece ser que el modelo de evaluación programa por programa no está dando realmente los resultados que debería estar dando.
Mencionó que algunas universidades públicas estatales cuentan con el apoyo de los organismos acreditadores y de los organismos evaluadores, pero muchas otras no, tienen una lista de espera enorme para la evaluación de un programa y que algunas instituciones están esperando a lo mejor tres años para que puedan ir a evaluarlas.
En este contexto, dijo lo que se está pensando es en un trabajo más interdisciplinario para hacer evaluaciones, además de que en términos operativos dará mejores resultados, permitiendo ajustar las currículas del trabajo académico en función de las grandes problemáticas y retos a los que se tienen que responder como sociedad y como institución.