El subsecretario de Educación Media y Superior de la Secretaría de Educación en el estado, Miguel Ángel Izquierdo Sánchez, informó que se recibirán hasta finales de este mes las peticiones de revisión y reconocimiento de validez de diversos programas de estudio, tanto de nivel medio como superior, en el sector privado.
El funcionario dijo que confía que a más tardar en agosto les sea posible entregar los resultados de estos procedimientos, ya sea en sentido afirmativo con los registros o, en su defecto, con las observaciones de los aspectos a evaluar que resultaron insuficientes y, por tanto, no estuvieron en condición de ser aprobados.
La mecánica, explicó, es hacer la revisión, señalar observaciones –si las hay– y se fija un plazo para su corrección o cumplimiento y en caso de que no sea así, entonces no se extiende el Revoe.
El subsecretario informó que a la fecha ya suman más de 80 peticiones de Revoes y es probable que las peticiones lleguen a cuando menos 200.
Entre las solicitudes hay algunas de estudios técnicos, casi equiparable al bachillerato sin serlo, pero similar, como de licenciaturas y posgrados de diversas áreas de formación. La mayoría –apuntó– se concentran en licenciaturas; en segundo término en bachillerato y en tercer lugar posgrados.
El funcionario recordó a los estudiantes y padres de familia que antes de inscribirse o pagar alguna colegiatura a una escuela, y antes del inicio del ciclo escolar, consulten los datos de las instituciones para que inicien estudios con toda certeza de que cuentan con el registro oficial y evitar de esta manera que haya pérdida de tiempo, dinero y desgaste para los alumnos por parte de empresas sin escrúpulos que se atreven a ofertar algunas opciones, sin contar con el reconocimiento correspondiente.
Comentó que la población debe cuando menos revisar si esa institución cuenta con el Revoe y una clave porque es obligación, por ley, que desde la entrada se coloque en lugar público y visible la clave y registro de cada uno de los programas, pues los registros son así individuales, no por institución, recordó.
“Si no lo tienen así, que lo consideren como signo de sospecha y luego, una vez que toman el número de registro, revisar en las listas de la Secretaría de Educación y comprobar si cuentan o no con ese reconocimiento de validez oficial para evitar un probable fraude. Si no aparece ese programa tampoco en el registro nacional, entonces no deben entregar un solo centavo, porque de nada les servirían esos estudios de una empresa que no tiene solvencia moral, ni escrúpulos, para ofrecer un plan no registrado”, abundó.