Parece que ha pasado muy poco tiempo desde aquel año de 1990 cuando sumada la generosidad de la excelsa pianista Silvia Navarrete y la vocación de una pareja de músicos soñadores, Pablo Puente Burgos y Ana Gloria Bastida, con apoyo de las autoridades estatales dio inicio el sueño de consolidar un coro infantil, que hoy por hoy es semillero de voces educadas en la entidad y referencia obligada en el país entero.
Actualmente el Coro de Niños Cantores de Morelos agrupa 45 niñas y niños de entre 7 a 17 años, quienes interpretan un amplio repertorio compuesto en su mayoría por música mexicana, tanto clásica, como colonial, autóctona y popular.
Al día de hoy, tras años de esfuerzo, dedicación y entrega, la difusión es amplia, y es posible escuchar al coro en conciertos hasta en los más remotos rincones del estado, ya sea en teatros, iglesias, estadios y plazas públicas, con ese distintivo de las voces infantiles que son como una invitación a entrar a mundo más claro, más armónico, en el que se llenan las almas de alegría y de esa paz que la música suele producir en el ánimo de las personas.
El coro ha recorrido la mayoría de los estados de la República Mexicana y en el extranjero se han presentado en China, Estados Unidos, Cuba y Vietnam, dirigidos, arropados y cuidados por Pablo Puente y la maestra Ana Gloria, quienes aseguran que su labor no sólo es formativa en lo musical sino también en las actividades cotidianas.
Al festejo y para lucimiento del programa elegido se unieron los Jóvenes Cantores de Morelos, la Orquesta de Cámara de Morelos (OCM), las sopranos Ana Batista y Sara Prado, el tenor Juan Antonio Ortiz; al bajo Arturo Rodríguez, y como siempre el maestro de piano Alejandro Vigo, para interpretar Tarará qui yo soi Antón (Negro a dúo), de Antonio de Salazar (1650-1715); Como aunque culpa (recitativo), de Manuel de Sumaya (1678-1755); O feliz culpa nuestra (Aria), dúo de la que es Reyna, de Ignacio Jerusalem (c. 1707-1769).
Tras un breve intermedio la gente escuchó el Te Deum, de Marc Antoine Charpentier (1634-1704), con el que lucieron espléndidas las voces del coro, así como el acompañamiento de la OCM y de las voces mayores, con lo que la celebración confirmó la tarea cumplida de un sueño que, apoyado por el Gobierno del Estado y los amigos del Arte y la Cultura, continúa adelante cosechando triunfos y rescatando a la niñez y a la juventud morelenses.
La gente fue abandonando poco a poco el recinto, pero con el rostro transfigurado porque la experiencia fue única, según el testimonio de Paulette Lehmann, maestra de piano que asistió como público, “Maravilloso, ojalá podamos seguir escuchando y disfrutando de este coro tan nuestro, tan morelense, tan excelente, y que cumplan muchos años más”.
Sin duda alguna Pablo Puente, director artístico, y Ana Gloria Bastida, maestra de canto y acompañante en el piano, mantienen la disciplina en el trabajo musical y la dirección artística para ofrecer a los niños y jóvenes que han transitado por sus filas, y a todos aquellos que actualmente son parte de esta institución morelense, nuevas perspectivas de vida como mexicanos y ciudadanos del mundo.