Sociedad
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Investigador de la UNAM pide más capacitación sobre el ébola

Antes de que el ébola llegue a México se requiere mayor información para todo el sector salud, tanto en el ámbito público como en el privado. De acuerdo a los recursos con que cuenta nuestro país, se han tomado las medidas adecuadas, pero hace falta que cada médico sepa de este virus, cuál es la forma en la que se manifiesta en el paciente y adopte  las acciones de reacción y prevención de un brote. Además este caso muestra la importancia de apoyar la investigación en virología, señaló Carlos Arias Ortiz, investigador del Instituto de Biotecnología (Ibt) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

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En entrevista, el experto en enfermedades infecciosas indicó que no se trata de caer en una situación de pánico, pero sí es importante tomar las acciones pertinentes y mantenerse en alerta, como lo ha recomendado la propia Organización Mundial de la Salud.

El ébola fue descubierto en 1975, y es de alta letalidad, ya que puede alcanzar cerca del 90 por ciento de mortandad en brotes que se han observado anteriormente, fundamentalmente en dos ocasiones, en la década de los 70’s y de los 90’s. Posteriormente ha regresado casi cada año, pero sólo en países de la zona centro de África, en zonas aisladas y en sitios donde existe experiencia para controlarlo.

La diferencia ahora es la migración tan alta y constante que ocurre en todo el mundo.

El especialista en el estudio de virus apuntó que en los casos más recientes, tanto en la zona endémica como en otros lugares  a los que ha llegado el virus, la letalidad es del 50 por ciento, es decir, que la mitad de las personas que lo han contraído han perdido la vida. "Naturalmente este indicador está influenciado por el nivel de tratamiento que tenga cada país, pero lo que es un hecho es que tampoco ha variado mucho, es casi la misma tasa. Entonces, el ébola es muy virulento, causa una mortalidad alta".

Arias Ortiz, integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, explicó que no obstante su letalidad, el virus no es tan contagioso, porque para que sea trasmitido se requiere que haya un contacto directo con fluidos del enfermo, ya sea sangre, vómito o diarrea, principalmente. Desde que se infecta una persona el virus ingresa al organismo y empieza a replicarse. Por ello, los casos que se han registrado, suceden en personas que ya están en un grado avanzado de la enfermedad. "Por ejemplo, el joven que llegó a Dallas en Estados Unidos, tuvo síntomas de manera posterior a haber contraído el virus, incluso estuvo cuatro días conviviendo con su familia y sus amigos hasta que finalmente lo admitieron en un hospital y hasta la fecha ninguna de las personas con las que estuvo en esos días, desarrolló la enfermedad".

"Cuando la persona ya la adquiere, la concentración de virus en el organismo es tan alta que es muy fácil transmitirla, eso explica porqué ha habido un número importante -más de 500 personas-,  de personal médico contagiado, con más de 300 muertes", se estima que el 10 por ciento cuando menos de los enfermos, son médicos, enfermeras y asistentes.

El doctor Arias Ortiz, entrevistado en su laboratorio ubicado en el Instituto de Biotecnología (Ibt) de la UNAM  (que tiene su sede en Cuernavaca) mencionó que esto explica de alguna manera que si uno lo adquiere, la posibilidad de sobrevivir, es de sólo el 50 por ciento, pero insistió en que no es tan fácil de adquirir.

El experto (quien en su momento participó en el equipo de especialistas que encabezó estudios sobre el virus de la influenza AH1N1 cuando se identificó en México) comentó que a diferencia de la influenza, el virus está en los fluidos corporales y no se contagia a través del aire.

Cuestionado sobre la capacidad de México para atender un posible brote de ébola, expresó que "estamos tan preparados como podemos estarlo, no hay mucho más que hacer pero sí hay algunas que son importantes. La Secretaría de Salud tiene los protocolos internacionales de la mejor fuente, como la Agencia de Salud Pública de Canadá, para determinar cómo reaccionar, cómo procesar y qué medidas tomar cuando hubiera una persona con ébola, y además se tiene el sistema diagnóstico montado en el Instituto Nacional de Diagnóstico y Referencia Epidemiológica (INDRE) para poder confirmar, diagnosticar casos. Pero de esto, a cómo va a reaccionar el sistema cuando se encuentre un enfermo, pues hay muchos factores. Depende dónde sea identificado, o sea cuando se movió uno de los casos exportados, que hubo a mediados de la epidemia, a Lagos, la persona comenzó con síntomas muy fuertes, estando en el aeropuerto, y pudieron controlarlo, pero a pesar de ello hubo alrededor de 18 contactos que desarrollaron el ébola y lo pudieron controlar", Entonces, refirió, lo mismo puede ocurrir en México si el paciente es identificado en un lugar como el aeropuerto. No obstante consideró que la respuesta sería diferente si el caso se presentara en lugares como Chiapas, Oaxaca, o Guanajuato o en algún otro sitio de la república mexicana: "ahí es donde hay dudas sobre si pudieran manejarlo de inmediato y de manera adecuada ¿cuál sería la respuesta?¿qué tan efectiva? Por eso digo que están tan preparados como pueden estarlo".

En este sentido el recientemente nombrado Premio Nacional de Ciencias y Artes 2014 por la presidencia de la república, indicó que "el Sistema de salud (es) muy sólido y creo que está preparado para controlar la situación, pero ese brote inicial, ese posible inicio de una epidemia en México, va seguramente  a no ser controlado desde el primer momento, habrá seguramente otros contactos (sic)".

Por lo anterior, hizo énfasis en que desde su punto de vista "sí sería necesario o siento que hace falta, para reducir la posibilidad de un brote -como decíamos que aparezca en lugares como Oaxaca y que nos demos cuenta cuando hay, digamos, treinta infectados-, es muy importante informar. Aquí la parte esencial es la educación, tanto para la población sobre en qué consiste el ébola para no caer en pánico, pero también la información para el personal médico. Es decir, la Secretaría de Salud, mi pregunta sería ¿hasta dónde y qué penetración ha tenido la información sobre cómo reaccionar si sucede algo en un hospital del primer nivel de atención en lugares como el citado, por ejemplo?. Ya no se diga los médicos particulares que claramente no están informados y lo están pidiendo. Los grandes hospitales seguramente que sí tienen información y hasta quizá protocolos, pero yo no estoy seguro de que en las clínicas en diferentes poblados en el norte el sur -bueno no nos vayamos tan lejos, aquí en Axochiapan o Temixco-, ¿realmente tienen conocimiento de cómo reaccionar?".

Apuntó que es importante poner en contexto la cantidad de reportes y problemas de salud que hay en México, lo cual sin dudas dificulta añadir y tener una campaña muy fuerte, pero independientemente de la carga de trabajo que hay, es importante hacer lo más pronto y completo posible, el hacer llegar la información a cada clínica del territorio nacional.

 

Sí es viable una vacuna

El doctor Arias Ortiz, cuyo trabajo ha sido reconocido a nivel internacional, indicó que el ébola, como todos aquellos virus cuyo material genético está hecho de RNA (ácido ribonucleico), tiene la capacidad de mutar con mucha frecuencia -y esto sucede con el  ébola y rinovirus, la influenza- pero llegan a un momento en que están adaptados con los organismos que infectan y donde las mutaciones que se dan no necesariamente están involucradas en un aumento de virulencia o en modificar su manera de transmisión.

En este caso, dentro de la especie de ébola que está causando el brote, las mutaciones ocurren, pero no se fijan, "es decir que cada vez que se replican que hay un virus y salen cien a partir de él, cada uno de ese material genético tiene un cambio en relación al original, de hecho es muy difícil cuando preguntan cuál es el material genético de un virus, porque es una población, se llaman cuasi especies. Sin embargo siempre sobrevive o predomina uno de esos cien, entonces si vemos la secuencia dentro de un año, es esencialmente la misma, cambia muy poco, las otras mutaciones o son menos eficientes, se replican menos o se contagian menos, entonces gana aquél que ya está muy adecuado, digamos, a las condiciones de infección. Este no parece ser un aspecto preocupante en términos de que vaya a cambiar como mucho se ha discutido, de que ahora el ébola no se transmita por fluidos sino por vía aéreo. Esto no se ha observado en toda la historia de ningún virus de RNA. Los que nos infectan por vía sanguínea, o por vía intestinal o los que infectan por vía aérea, hasta ahora, no han cambiado la forma de transmisión. No hay ningún ejemplo en la virología hasta donde la conocemos, donde cambie esa vía de transmisión, por lo que la probabilidad de que el ébola cambie, es poco probable.

No es un mito la discusión, la posibilidad no es cero, pero es cercana al cero, en Ciencia y en Virología no hay absolutos, pero no ha habido en cientos de años, no ha habido ningún caso que cambie su manera de transmitirse".

Desde el punto de vista del investigador, sí hay altas posibilidades de encontrar una vacuna en dos trabajos, una, la de Canadám que está basado en un virus recombinante. Explicó que una proteína muy importante del virus del ébola que es la que le permite pegarse a las células a los receptores, es la llamada GP y lo que se hace mediante ingeniería genética y de biotecnología, es tomar un virus que no es patógeno y se modifica su material genético, de tal manera que en la superficie, en lugar de su proteína, exprese la proteína de ébola (no es el virus de ébola pero sí tiene esa proteína). Se usa ese virus no patógeno modificado, y el cuerpo, reconoce esa proteína, genera anticuerpos y cuando llega el virus del ébola puede neutralizarlo. Esto ha funcionado bien y están avanzando".

De acuerdo con el también miembro de la Academia de Ciencias de Morelos, apuntó que normalmente el desarrollo de una vacuna lleva de cinco a seis años su desarrollo, y aquí están a marchas forzadas para que esté lista en cinco o seis meses, forzando los ensayos clínicos, porque primero se tiene que lograr que esa vacuna sea segura, que no haya reacciones y segundo, que la vacuna sea capaz de inducir una respuesta inmune y que sea capaz de proteger.

El otro trabajo es similar, usa otro tipo de virus no patógeno, un adenovirus de simio que expresa la misma proteína. Lo que hace falta es comprobarla y el siguiente paso será la producción masiva.

 

Más recursos para investigación en virus

 

En la entrevista se le preguntó sobre la viabilidad de generar estudios sobre el ébola en México. Al respecto, indicó que no hay mucho apoyo para la investigación en virus.

"El problema al que siempre caemos en estas cosas es que en términos de investigación sucede lo siguiente: nos pasó en el 2009 con la pandemia eventual de la influenza, y hubo reacciones y preocupación y otra vez ver cómo se puede apoyar a la investigación para hacer algunas cosas, pero responder  a crisis, a la mitad de las crisis, no se puede. Lo que se tiene que hacer es no olvidar de lo importante que es formar recursos humanos, generar espacios para gente en particular y aquí es muy importante, que trabaje en virología. En México habemos muy pocas personas que trabajamos en virología y trabajamos en 4 ó 5 y hay seguramente más de 100 virus patógenos. No podemos ciertamente trabajar en todos pero sí hay virus importantes en los cuales deberíamos en México estar trabajando, casos como éste demuestran que hace falta gente, infraestructura y apoyos que se mantengan después de la crisis, que se reconozca y esto es algo en lo que estamos muy interesados en este equipo de aprovechar esto, que las agencias financiadoras están interesadas. Porque no es la primera ni será la última crisis. Sí tenemos que hacer un esfuerzo muy grande para mejorar nuestra capacidad de respuesta ante una emergencia de esta naturaleza, porque uno de esos factores es la Ciencia".

El impacto de las investigaciones del doctor Arias Ortiz  ha sido reconocido a nivel nacional e internacional, es por ello que el científico mexicano ha recibido una amplia gama de galardones, entre los que figuran: El premio Carlos J. Finlay de Microbiología, otorgado por la UNESCO en el 2001; el Premio Funsalud de las Enfermedades Gastrointestinales de la Fundación Mexicana para la Salud, en el 2002; el Premio de la Academia de la Investigación Científica en el área de Ciencias Naturales, en 1993; y el Howard Hughes Medical Institute Research Scholar, en sus ediciones 1991, 1997 y 2002.

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