El meteorólogo en ese momento indicaba una máxima de 22 grados Celsius con una mínima de 17, con probabilidad de tormenta.
–Va a llover, pero la gente viene, no le importa cuánta agua caiga o lo moje, o viene por el juego o vienen por las edecanes– dijo un trabajador de mantenimiento.
En algunas bancas del zócalo otros aficionados se ponían de acuerdo para seguir el partido en algún restauran o cantina.
–Por dos serpientes y una botanita ves todo el partido.
–Sí. Aunque con este clima se antoja más un juerte.
Para encender un poco más los ánimos de los aficionados, el entrenador de Croacia Niko Kovac dijo que México había jugado bien, son homogéneos, excelente en el mediocampo, tienen un portero maravilloso, “pero tenemos una receta para ellos, pero no la voy a revelar, mis jugadores ya lo saben”, expuso. Y concluyó diciendo desde el país sede de la copa del mundo:
–Si a alguien le van a temblar las rodillas será a ellos.
En la oficina de Sala de Prensa, dentro del palacio de gobierno, hay una pantalla grande. Alguien pone sillas y apaga la luz y nos sentamos. Somos 10 más una mujer y don Benito García Barba, el periodista de más edad en Morelos. Con posterioridad se unirá Víctor Méndez. En la semioscuridad, frente a la luz de la pantalla somos como hombres de las cavernas viendo la inmensidad del cielo estrellado. El partido va a comenzar.
Primer tiempo
Con un pitido y un toque al balón a cargo de México, a las 15:00 horas, inicia el enfrentamiento. Más de 3 mil 200 millones de personas en el mundo siguen de cerca la contienda.
Víctor Méndez -28 años de edad, casado, con tres hijos- acompaña al seleccionado nacional que, de acuerdo con su pronóstico, vencerá al equipo contrario por dos goles contra uno. Horas antes Emiliano, un niño de 7 años, dijo que México ganaría por tres goles contra uno.
–Jajaja; sí, como no –dijo su mamá.
A pesar de que los trabajadores del Gobierno pueden acudir a ver los partidos en la “pantalla monstruo” instalada en plaza de armas, Víctor y varios empleados de la Sala de Prensa no pueden salir. Él hubiera querido traer su playera verde y vivir la pasión del futbol allá afuera –va en ropa formal de oficina-, pero es muy responsable y prefiere estar al pie del cañón “por si se ofrece algo”.
–Es un deporte que une a las personas, sin importar otra cosa, en el momento en que el balón entra en juego se siente algo diferente, algo que te hacer ir por ese desafío y te hace entregar todo para salir con la victoria. Además de que ahora son muchas las técnicas o “trucos” que hacen quienes lo practican –platica sin apartar la vista de la pantalla en donde México arma un avance por el lado derecho del terreno de juego.
El muro de Víctor en el Facebook es de consulta obligada si se quiere saber las anotaciones y los resultados estatales, nacionales e internacionales:
–Trato de seguir todos los partidos de futbol tanto del local –Morelos-, nacional o internacional. Me gustan las estadísticas, entonces siempre trato de estar informado para los próximos partidos.
Víctor ha logrado jugar algunas finales en los equipos –locales- a los que ha pertenecido, y le llena de satisfacción que uno de sus hijos haya logrado llegar a dos finales en sólo cuatro torneos.
Entre estos silencios prolongados y ademanes de Miguel Herrera, el Piojo, Víctor explica qué posición le hubiera gustado ocupar si hubiera sido jugador del Tri:
–Siempre he sido defensa, y si lo hubiera jugado profesionalmente no lo cambiaría porque me gusta desafiar a los mejores jugadores de los equipos contrarios.
Con un dominio de la selección croata los primeros veinte minutos y una reacción a medias de la escuadra mexicana transcurren los primeros 45 minutos sin que los rivales hayan marcado gol.
–Faltó contundencia en la selección, juego de equipo. Los extremos están fallando mucho. Esperemos que en el segundo tiempo se compongan –dice Víctor.
Segundo tiempo
Después de los 15 minutos de descanso, inicia la segunda parte.
La plaza de armas General Emiliano Zapata Salazar está a reventar: verdea por las playeras de nuestra selección nacional que, si al menos empata, podría poner a México en los octavos de final de la Copa del Mundo Brasil 2014.
Parados y con las manos pegadas a su cuerpo, como abrazándose, los aficionados pasan de la angustia a la felicidad de la misma forma que el balón va y regresa del terreno enemigo al amigo.
Hay varios jóvenes enmascarados y se puede observar a un hombre de pelo negro y largo con un letrero: “La voz gemela de Rigo Tovar apoya a la selección nacional”.
–¡Chiiiiiiiiiiiiin!¡No. No. No, no ma...!
El esférico roza el poste de la portería de Ochoa.
Algunos hacen “bolita” y comparten un líquido muy parecido a un refresco de cola y con un fuerte olor a alcohol industrial que sirven con un envase de plástico de Coca-Cola.
El juego transcurre entre vacíos y reacciones de sorpresa cuando los “muchachos” se acercan peligrosamente a la portería contraria:
–¡Fíltrala, fíltrala, no seas p...!
Pero cuando el equipo croata “agrede”, las reacciones son de angustia:
–¡Ahhhhh!
Algunos estiran el pie para impedir que el balón lo reciba el jugador contrario.
De pronto, al minuto 72 el defensa Rafael Márquez –playera 4- anota el primer tanto de cabeza. Los aficionados agitan las banderas y hacen sonar las matracas.
–¡México. México. México!
–Con este gol y de quedar así el marcador, México tiene su pase a octavos –dicen el cronista en la televisión.
Al minuto 75 Andrés Guardado –camiseta 18- mete el segundo tanto.
-¡Ayyayayay canta y no llores. Porque cantando se alegran cielito lindo los corazones!
El tercer tanto lo anota al minuto 82 el número 14, Javier Hernández, el Chicharito.
–¡México. México. México!
–¡Jajajajaja!
Se reían los aficionados cuando las cámaras hacían close up al Piojo Herrera.
Y el gol de la honra lo mete el número 4, Ivan Perisic, al minuto 87.
El árbitro pita el final del partido y plaza de armas estalla en gritos de júbilo:
–¡México. México. México!
–¿Cómo jugó tu selección? –pregunté a un aficionado que portaba una playera verde.
–Chingonamente. Como a Rosita Alvirez: nomás tres tiros le dio a Croacia –me respondió y comenzó a brincar.
Epílogo
Horas después de haber concluido el partido los trabajadores levantarían la carpa que sólo sirvió para asustar a la lluvia. Víctor pondría el marcador final con un comentario en el Facebook y los aficionados irían a sus barrios o casas y contarían el partido a otros que también observaron a México, que esta vez no fue a empatar, como contra Brasil, sino que fue a rajarse el alma.
¡Eeeeeeeeehhhhh...
Después de la amenaza de la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) de sancionar a la selección mexicana por considerar homofóbico el grito de los aficionados cuando el portero del equipo contrario hacía un despeje de meta o se cobraba un tiro de esquina, durante el partido México Croacia, se contabilizaron: cero frases de esas dichas en la oficina de palacio de gobierno; y 14 afuera, en plaza de armas, durante el encuentro.