La directora del Instituto de Educación Básica del Estado de Morelos (IEBEM), Marina Aragón Celis, informó que se tiene hasta ahora registro de entre ocho y nueve casos en primarias y secundarias, pero la información se complementará con dicha recopilación de datos por cada subsistema.
La secretaria de Educación, Beatriz Ramírez Velázquez, indicó que se fijó como plazo esta semana, para que todos los directores de subsistemas de los diferentes niveles de formación que suman más de dos mil 800 planteles entregaran información detallada, precisa, para hacer el referido mapa.
Y de esta forma identificar con mayor certeza qué tipo de incidentes ocurren, la frecuencia y gravedad, no sólo en el tema de agresión física, que es el extremo del acoso escolar, sino en todas sus modalidades.
Calificó como buena la decisión del gobierno federal de impulsar un programa concreto, con la asignación de recursos que permitan desarrollar programas acordes a las características de cada entidad.
Insistió en que el problema es complejo y no sólo se genera o se expresa en el entorno escolar, sino que es multifactorial, y en ello inciden el entorno familiar y social de los niños. Reiteró la postura de que en la formación de los estudiantes deben tener un papel protagónico los padres de familia.
Por su lado la directora del IEBEM, Marina Aragón Celis, dijo que la SEP federal aún no les informa cuáles serán las actividades concretas del referido programa, pero destacó que en Morelos ya se desarrollan algunas, como pláticas con padres de familia, elaboración y exposición de carteles contra el acoso escolar y la comunicación a maestros sobre su participación en el cuidado de los estudiantes a la entrada, recesos y durante la salida de los alumnos.
Comentó que se ha acordado que en cada escuela los docentes estén pendientes, atentos en las diferentes áreas, en los sanitarios, en los talleres, en todos los espacios, para identificar a tiempo conductas o situaciones de riesgo.
Destacó que es fundamental, el que se identifiquen los casos y que los maestros intervengan cuando observan un cambio drástico en el alumno porque es un indicador de que algo está sucediendo no sólo en cuanto a violencia en la escuela, sino también en su familia o en su entorno. En esos casos, mencionó se dialoga con los padres de familia.
Comentó que a la fecha, en el IEBEM se tiene pocos registros de casos de acoso escolar, en promedio ocho o nueve, en promedio cuatro en primaria y cinco en secundaria, pero no graves.
Refirió que cuando se identifica un menor con actitudes agresivas que anteriormente se les calificaba como “latoso”, se busca platicar con los padres, y a diferencia de lo que ocurría anteriormente, cuando se les expulsaba, ahora se ha determinado que por el contrario, requieren de mayor apoyo y atención.
Aragón Celis coincidió con la secretaria en que la violencia no sólo está en la escuela sino en general en la sociedad: “Los niños tienen mensajes de la casa, de los videojuegos, de los medios de comunicación, hay un periódico que sólo falta que lo exprimamos para que salga sangre y eso perjudica mucho. Algo tenemos que hacer como sociedad para frenar esa violencia”, reiteró.
A decir de la directora del instituto, el programa de Mochila Transparente ha tenido buen resultado porque los niños llevan más orden en sus pertenencias y no se han encontrado armas, ni objetos que resulten de riesgo para los alumnos.