La marcha partió del Calvario con un contingente aproximado de 300 personas, las cuales exigieron que el ejército deje de hacer patrullajes y violar los derechos humanos de los ciudadanos, pero también, pidieron que se investigue al actual gobierno estatal que dicen, permitió que se asentaran en la entidad las bandas criminales que hoy se disputan el territorio.
Durante la movilización se lanzaron consignas en las que invitaban a la población a tomar las calles, a no “permitir que el miedo los paralice”, y pidieron continúen las protestas para que tanto la policía federal como el ejército, dejen de hacer operativos que sólo afectan los derechos de la población.
Además, un grupo de jóvenes que acompañaba la manifestación, a través de cartulinas pidieron la legalización de la marihuana, para disminuir la tensión que hay en Morelos derivado de la lucha antidrogas que ha iniciado el gobierno del Presidente Felipe Calderón.
Entre los reclamos que realizaron los líderes de las organizaciones sociales, fue exigir de manera inmediata al gobierno que investigue sobre el paradero de todas las personas que han desaparecido en los últimos días, así como realizar las acciones necesarias para detener la ola de violencia que lleva acumulada más de 60 personas ejecutadas por el narco en lo que va del año.
Esta es la segunda convocatoria a una marcha contra la violencia, ya que la primera la realizaron estudiantes y comerciantes quienes pidieron acudir vestidos de blanco, sin embargo, la convocatoria falló debido a una campaña instrumentada por el gobierno estatal y las cámaras empresariales para evitar que la sociedad marchara sin liderazgo alguno.
En la movilización participaron la diputada del PRD Hortencia Figueroa Peralta, el dirigente del Sindicato Mexicano de Electricistas, Héctor Salazar Porcayo, y el titular de la Comisión Independiente de los Derechos Humanos, José Martínez Cruz, quienes en su discurso coincidieron en señalar que es necesario regresar al ejército a sus cuarteles.
Al final los asistentes a la marcha se tomaron de las manos y formaron un círculo que prácticamente ocupó la explanada del zócalo, luego los oradores tomaron la palabra y se comprometieron a marchar nuevamente contra la inseguridad.