El funcionario aseguró que se trata de difundir esta cultura en los estudiantes, no sólo para que sepan cómo actuar, cuando están en las escuelas, sino también en sus casas o en lugares públicos.
Refirió que hay estudios que señalan que los movimientos de la falla de San Andrés podrían implicar que haya más sismos, y debido a las réplicas que se han continuado en días recientes, “nos invitan a ello, a estar preparados. No se trata de alarmar a nadie, sino de fomentar esta cultura, que de por sí ya se venía haciendo”.
El secretario, quien también es Arquitecto de formación, afirmó que la inmensa mayoría de las escuelas son muy seguras, “no hay riesgo, de hecho se ha considerado que sirven para refugio”, porque fueron construidas después del terremoto de 1985, y por tanto, bajo normas más estrictas, dirigidas precisamente para evitar colapsos en temblores.
Admitió que hay planteles más antiguos, pero argumentó que como ex director del Instituto de Infraestructura Educativa, hace poco más de una década que se puso en marcha un programa de mantenimiento, para reforzar algunas de estas escuelas.
Consideró que hay muy pocas escuelas que podrían tener alguna indicación de peligro por su estructura, o por no contar con salidas de emergencia, aunque no precisó cuáles.
Refirió que tras el intenso sismo del 20 de marzo pasado, hubo entre 6 y 8 escuelas que reportaron algunas afectaciones, consideradas menores, donde hubo desprendimiento de plafones. Pacheco Gómez detalló que las escuelas en su mayor parte, están construidas con una estructura y posteriormente se levantan muros divisorios, por lo que con el movimiento de la tierra, esas uniones, entre los muros, se llegan a separar, pero no se trata de la estructura base, de columnas, sólo es una separación de elementos de construcción más no del soporte de los edificios.
Apuntó que en el caso de las grietas, cuando son verticales o muy rectas, éstas ponen el descubierto esa separación, las que podrían implicar mayor atención, son aquellas que se encuentran en forma diagonal, es decir que se observan en 45 grados, pues implicarían la posible fractura de muros, pero cada una de ellas, insistió, debe ser revisada por técnicos especialistas.
El responsable del sector educativo recordó que el año pasado en las universidades de Morelos, se realizaron al menos dos simulacros por año, y la intención es que desde el regreso de vacaciones las actividades de protección civil sean retomadas y reforzadas en todos los niveles educativos.