El profesor investigador Antonio Castillo Gutiérrez, titular del BAS, explicó que dicho programa es parte de la línea de investigación denominada Incremento de la productividad agrícola usando técnicas biotecnológicas y convencionales, misma que ha trabajado con variedades experimentales, entre las que destacan el maíz pozolero Venado-T2013, la población parcialmente mejorada UAEM-08 y las familias F3.
Cabe señalar que estas familias llevan el nombre de la UAEM, ya que han sido en la institución donde se desarrollaron y está en creación un banco de maíz criollo en el estado, trabajo que es financiado a través del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT) con recursos a los cuerpos académicos de nueva creación, en vías de consolidación y consolidados, como el BAS.
La tesista Margarita Gómez, explicó que este procedimiento es desarrollado desde 2005, para evaluar y seleccionar familias tolerantes y susceptibles a la sequía, y hasta ahora han logrado generar 21 familias F3 diferentes.
Castillo Gutiérrez señaló que la importancia de los experimentos que realizan los investigadores universitarios posibilita hacer más productivas las plantas, en este caso el maíz, y lograr sembrarlas con menor cantidad de agua.
La idea, dijo, es generar variedades mejoradas y germoplasma, que es el conjunto de genes que se transmiten por la reproducción, de tal manera que en los años de baja precipitación pluvial se cuente con un material que responda de mejor manera a la sequía, esto ayudará tanto a la agricultura de subsistencia como a la intensiva.
El investigador precisó que los productos mejorados genéticamente que se están obteniendo a través de esta línea de investigación, beneficiarían a alrededor de 25 mil hectáreas en Morelos, y ofrecerá alternativas para que los ahora productores de sorgo, retornen a la siembra de maíz.