A través de un comunicado, la fiscalía estatal detalló que detectó que las llamadas de extorsión provienen principalmente del Penal Regional de Altamira, en el estado de Tamaulipas, y el modus operandi de los extorsionadores consiste en hacer llamadas al azar, convencer a sus víctima de que fueron ganadoras a una beca para sus hijos o de alguna tarjeta bancaria, entre otras cosas, y luego solicitar nombres, direcciones y cualquier información acerca de su familia.
Más tarde, realizan una nueva llamada diciendo que tienen secuestrado a uno de sus familiares y que si no siguen las instrucciones que le indican lo van a matar; luego les piden hospedarse en un hotel y permanecer ahí hasta que ellos lo indiquen, sin hacer nada, porque supuestamente se encuentran vigilados.
Posteriormente le llaman a un familiar cercano y lo amenazan diciéndole que su primer víctima se encuentra secuestrada y que tienen que hacer un depósito de dinero en reconocidas tiendas del país o de lo contrario matarán a su familiar
Aprovechando que una de las víctimas se encuentra encerrada en el hotel y que su teléfono en todo momento permanece ocupado, aprovechan el momento para intimidar a la familia hasta obligarle a depositar la cantidad pactada. Una vez que logran su objetivo dejan de llamar a la persona que se encuentra en el hotel y ésta, al ver que ya no recibe ninguna llamada, decide abandonar el lugar.
Debido a dos denuncias que han llegado a la procuraduría estatal y las investigaciones realizadas por el Grupo Antisecuestro, la fiscalía hizo un llamado de alerta a la población para evitar contestar llamadas de números desconocidos y en caso de ser contactadas por estas bandas delictivas, no depositar ninguna cantidad de dinero, de inmediato localizar a su familiar y asegurarse que se encuentre bien y de inmediato acudir ante las autoridades correspondientes para denunciar los hechos.
Uno de los casos denunciados es el de Alberto, de 13 años de edad, contactado vía telefónica por los extorsionadores la noche del jueves pasado cuando se encontraba solo en su hogar. Mediante engaños los delincuentes lograron que el menor diera información de sus padres y luego saliera de su casa, ubicada en la Unidad Habitacional “Las Rosas” de Jiutepec.
Luego los padres del adolescente recibieron sendas llamadas para exigirles un rescate de un millón de pesos, cuya negociación culminó en 60 mil pesos para ser depositados en una cuenta bancaria.
No obstante, los padres del menor denunciaron el ilícito y el Grupo Antisecuestro localizó al adolescente que deambulaba en el centro de Jiutepec y detectó que la llamada telefónica provenía del penal regional de Altamira, Tamaulipas.