Piedragil Ayala reconoció que pese a que el espacio sigue siendo insuficiente, esta nueva área del HMN ha permitido que 129 niños y adolescentes ingresados durante el primer año por diversas causas, hayan sobrevivido gracias a los esfuerzos del personal del área, médicos, enfermeras y residentes.
“Esta área que se abrió hace poco más de un año nos ha permitido ofrecer un espacio más a los niños que llegan en estado crítico o muy graves. Anteriormente sólo contábamos con cinco camas de la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica y otras cinco en la de Cuidados Intensivos Neonatales”, explicó el directivo médico.
Ante esta situación, precisó que por la falta de espacio y de camas disponibles, se rechazaban en épocas críticas alrededor del 30 por ciento de los pacientes que llegaban graves. También indicó que personal ha tenido que doblar turnos o hacerse cargo de dos áreas a la vez, y que sin duda la apertura del área de Terapia Intensiva de Urgencias representaba un reto tanto médico como administrativo.
Por otra parte, Melquisedec Piedragil comentó que lo más significativo es el hecho de que las terapias intensivas tienen un índice de mortalidad muy alto y las que se consideran buenas o mejores deben tener menos del 25 por ciento de mortalidad, y en este año se logró reducir esta tasa al 14 por ciento.
Frente a médicos, enfermeras y personal administrativo, destacó los avances en este primer año del servicio e informó que en tres meses aproximadamente, se tiene contemplado el cambio a las nuevas instalaciones al Hospital del Niño y el Adolescente, que dará la certeza de que los esfuerzos se verán triplicados en beneficio de los niños.
Para concluir, el director general del Hospital del Niño aseveró que el cambio a las nuevas instalaciones será un proceso difícil y de alto riesgo, sin embargo, aseguró contar con la experiencia de dos cambios de sede de un hospital, tal y como ocurrió con el antiguo Hospital Civil al Hospital José G. Parres y el del IMSS de Boulevard Juárez a su sede actual.