“Tener un árbol de navidad mexicano en los hogares del país representa beneficios para los productores, la economía del país y la sustentabilidad del medio ambiente, ya que la siembra de estos árboles en viveros especializados o en plantaciones comerciales permite reincorporar suelos al uso forestal, así como capturar carbono y recargar los mantos acuíferos donde se establezcan. Además, genera empleos directos en áreas rurales y, en época de cosecha, deja ganancias de 300 (mil) a 500 mil pesos por hectárea”, agregó el funcionario.

Rosado Flores resaltó que los cultivos de pinos navideños también representan una valiosa alternativa para evitar el avance de la mancha urbana sobre terrenos no arbolados.

Informó que a partir de los años noventa el país ha tenido un crecimiento sostenido en la plantación de árboles navideños y hoy se producen alrededor de 800 mil unidades al año, lo que permite abastecer más de dos terceras partes de la demanda total interna, de alrededor de los 1.8 millones de pinos anuales.

En Morelos, dijo, hay autorizadas 10 plantaciones forestales en 44.5 hectáreas en los municipios de Huitzilac, Tlalnepantla y Totolapan, al recomendar no adquirir árboles sin la documentación que avale su legal procedencia.

Explicó que el uso de etiquetas por parte de los productores nacionales o de los importadores de árboles de navidad es completamente voluntario, ya que la legal procedencia de cada árbol se comprueba con sólo presentar la factura de compra o venta, según sea el caso, que deberá contar con los requisitos fiscales correspondientes.

El funcionario federal mencionó que los árboles de navidad naturales, una vez utilizados, pueden ser transformados en abono orgánico y reincorporados al suelo, manteniendo así la capacidad productiva de las áreas verdes. En cambio, los árboles de plástico no son biodegradables y su proceso de producción es altamente contaminante.

Finalmente, explicó que la Semarnat es la instancia normativa encargada de autorizar el establecimiento de las plantaciones forestales especializadas en la producción de árboles de navidad, mientras que la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) establece puntos de inspección en las principales carreteras del país para verificar que los árboles que se transporten cuenten con la facturación requerida.