Este programa hoy en día ya es permanente luego de que inició como una campaña temporal. Mencionó que en la quinta recolección desde marzo a julio se recolectó una tonelada y media en los municipios de Cuernavaca y la zona conurbada.
Expuso que el propósito de esta estrategia es, por un lado, evitar que la gente al interior de sus domicilios use medicinas sin prescripción médica y que ya estén caducas, pues esto puede provocar diversos efectos en la salud, desde el hecho de que ya no tengan efecto hasta la intoxicación.
Por otra parte, destacó que el arrojar los medicamentos a la basura común propicia que las medicinas que no son confinadas finalmente de manera adecuada puedan ser recuperadas para el mercado negro y se vendan ya caducas, o en otros casos se utilicen los envases y los rellenen con agua o cualquier otra sustancia para engañar a la gente y comercializarlos.
Además, estos medicamentos pueden provocar contaminación ambiental.
Como parte del programa, se instalaron 57 puntos de recopilación en farmacias en todo el estado, la mayoría en Cuernavaca. La población puede acudir a dejar en los recipientes especiales los medicamentos ya caducos, desde píldoras, capsulas, jarabes, jeringas, sueros y otros tratamientos que ya no sirven o que ya no serán ocupados. Todas estas unidades serán destruidas por una empresa cementera que incinera en hornos de altas temperaturas esas sustancias, procedimiento que, recordó, está consensuado con las autoridades federales del medio ambiente, junto con la cámara nacional de la industria farmacéutica.