En Morelos se tiene una sobrepoblación penitenciaria del 40 por ciento. Es un problema grave que debe resolverse con programas de preliberación y de reinserción social de los delincuentes en los cuales la sociedad se vincule a las labores gubernamentales, estableció Juan Antonio Nacif Rojas, secretario del Observatorio Ciudadano Penitenciario durante la plática que sostuvo para el programa “Confidencial, Entre Nosotros” que a partir de este viernes se transmite a través de La Unión TV por Internet.
Hay que adaptar proyectos que están dando resultados en otros lugares como el implementado en el Distrito Federal a través de preliberaciones con brazaletes que se colocan a los sentenciados y así iniciar su proceso de reincersión social.
El gran reto es cuidar a la siguiente generación. Hoy se prevé que uno de cada 5 jóvenes tiene grandes posibilidades de “pisar una cárcel”. Por ello, el trabajo más importante en materia de reincersión y readaptación social es la prevención a través de todos los proyectos que estén disponibles. Es fundamental implementarlos para remontar esta alarmante cifra.
Hay que impulsar educación, trabajo y deporte. Esto es parte de la observancia ciudadana que obligará al gobierno a cumplir mediante la auditoría social. El Observatorio Ciudadano se fundó en 2010. Estamos impulsando una propuesta ciudadana para vigilar el respeto de los derechos humanos, sin descuidar las garantías constitucionales de las víctimas y su reinserción con una intensa participación ciudadana.
Se están impulsando propuestas para que el sistema penitenciario que es el último eslabón del sistema de justicia. Hoy, se tiene un gran problema: han llegado 60 mil personas como consecuencia de los resultados de la guerra contra el crimen organizado. Ahora, hay que desarrollar propuestas para que se cumplan sus derechos humanos y puedan verdaderamente reingresar a la sociedad en condiciones que no vuelvan a actuar al margen de la ley.
Es importante que la sociedad se involucre en la reinserción social para revertir tendencias que son atendibles, como el que el 60 por ciento de los jóvenes que están procesados y sentenciados es por delitos menores, en su mayoría robos por montos inferiores a los mil 500 pesos, reflejo duro de la falta de educación y de oportunidades que la crisis económica sigue generando.
También es importante revertir los efectos colaterales, en los cuales se involucran los familiares de las víctimas y de los responsables de los delitos, que se convierten en historias trágicas que podrían enfrentarse para reprimir ese efecto, como el saber qué sucede con los dependientes económicos de quienes son encarcelados. En esos programas también debe incluirse la atención y el apoyo a los custodios de los centros penitenciarios que enfrentan en otra medida el efecto de la situación penitenciaria actual.
Es importante canalizar la energía social que se expresa en diversos foros, rumbo a la participación práctica de la solución de los problemas. Ésa es la aportación más importante que se realiza desde un observatorio: la construcción responsable de la participación ciudadana, señaló al insistir: en la medida en la que los ciudadanos tomemos el control de los acontecimientos veremos mejores resultados.